(07-09-2014: Contenido ampliado) Afortunadamente, la estructura de los trigramas y hexagramas tiene su lógica intrínseca gracias a la cual se puede comprobar la fiabilidad, o no, de modificaciones del texto original del I Ching que se han producido a lo largo de la historia, y asimismo la fiabilidad de las interpretaciones y aplicaciones que se le han dado. Richard Wilhelm (que tradujo la obra china al alemán) explica el significado original de la estructura de los trigramas y hexagramas en el Libro segundo del I Ching, donde comenta además las modificaciones más esenciales que el rey Wen introdujo en el propio I Ching.
Las modificaciones se deben, probablemente, a la intención de adaptar la visión original del I Ching a la comprensión contemporánea e inducidas por intereses temporales del poder político y económico, dado que los sabios que determinaron los fundamentos del Libro de las Mutaciones, establecieron “el orden de lo recto”, la medida de Cielo y Tierra que dicta las leyes eternas a las que la vida está sujeta. Estas leyes no cambian, pero las normas y los criterios de lo eterno y duradero no interesan al ego ni al poder terrenal.
En los textos más antiguos se habla del hecho de que “los estímulos de lo Creativo afluyen hacia nosotros desde las profundidades de las fuerzas Creativas de nuestro interior”. Es decir, en contra de lo que dicta la ley de la gravedad, lo Creativo que es una energía procedente del Cielo, penetra en las profundidades de nuestro ser y desde ahí se manifiesta subiendo hacia arriba, hacia nuestra conciencia. La ley del universo dicta que cada ser vivo tiene en su interior una “línea” de conexión abierta que le comunica directamente con las directrices de lo Creativo del Cielo. Estas directrices nos permiten movernos en el mundo terrenal de acuerdo con las leyes eternas. Si respetáramos estas leyes, no haría falta que ningún poder terrenal se adjudique el privilegio de imponer un ordenamiento del mundo basado en pareceres políticos e intereses temporales y arbitrarios.
En los hexagramas del I Ching “los de arriba” no son los poderosos sino la gente noble que se guía por las indicaciones de lo Creativo del Cielo. Según I Ching, la condición vital del planeta Tierra y la de todos los seres que vivimos en él, se determina por lo Receptivo. De ahí que encontramos el camino en la vida siempre y cuando escuchamos las indicaciones de lo Creativo en nuestro interior, prestando atención a las configuraciones Yin y Yang de la energía del Tao que se manifiestan en las condiciones espacio-temporales de nuestras vidas.
Las “configuraciones Yin y Yang” generan los efectos de la energía del Tao sobre la naturaleza. Son las fuerzas primordiales representadas por los ocho signos primarios, los trigramas:
– Los trigramas Cielo y Tierra representan las fuerzas universales de lo Creativo y lo Receptivo.
– Los trigramas Trueno (Metal), Viento (Madera), Fuego y Agua representan las fuerzas naturales que son activas en lo temporal.
– Los trigramas Lago y Montaña representan los estados terrenales y temporales del Elemento Tierra que se producen gracias a las influencias de dichas fuerzas primordiales.
En el orden “premundano” del Cielo Anterior, las líneas que ocupan determinados puestos en los trigramas, dan información fundamental sobre el carácter de las fuerzas primordiales.
La primera línea de cada trigrama, la de abajo, indica la condición vital Creativa o Receptiva de determinada fuerza (ver I Ching: p. 362). La segunda línea (centro) indica si es lo Creativo o lo Receptivo el principio que dirige su movimiento y sus acciones en el planeta Tierra. La tercera línea (arriba) indica la predisposición Creativa o Receptiva de determinada fuerza natural durante las fases de transición hacia lo desconocido. Dicho de otra forma: indica su disposición natural en los procesos de transformación de lo establecido. Estos procesos se dan en los hexagramas (unión de dos trigramas), cuando dos fuerzas vitales interactúan entre sí.
No obstante, hay doctrinas que aplican una división Tierra-Hombre-Cielo o Cuerpo-Mente-Espíritu a las tres líneas del trigrama, sin tener en cuenta que dicha triada se refiere a procesos de cambio mientras que los trigramas representan fuerzas cuya naturaleza se determina por características inamovibles. Los Elementos no son «reinos» (como dicen algunas doctrinas) sino fuerzas primordiales. Es decir, promueven cambios pero estas fuerzas mismas no cambian nunca, dado que las características esenciales de su naturaleza son eternas e inamovibles. Para que surja una dinámica entre el Cielo (arriba), el Hombre (centro) y la Tierra (abajo) tienen que existir condiciones espacio-temporales. Tales condiciones surgen siempre y cuando dos fuerzas vitales interactúan entre sí. Es decir, la dinámica Espíritu-Mente-Cuerpo sólo se puede dar en los hexagramas (ver I Ching p. 352, 1er párrafo, así como p. 377, arriba). La aplicación de la triada de los principios universales Espíritu, Mente y Cuerpo a los trigramas, es una muestra de cómo se ha profanado el legado de Fu Hsi.
Si aplicáramos los principios universales Tierra, Hombre y Cielo a las líneas que forman un trigrama, nuestra comprensión del carácter de las fuerzas naturales se basaría en las siguientes interpretaciones erróneas:
La primera línea del trigrama aportaría datos sobre su forma material (Tierra/cuerpo), en vez de indicar su condición vital Receptiva o Creativa. La segunda línea indicaría su actitud Creativa o Receptiva ante los cambios (Hombre/mente), en vez de señalar cuál es la fuerza universal (lo Creativo o lo Receptivo) que dirige el movimiento y las acciones que surgen de la esencia de su ser. Este último dato determinante corresponde originalmente a la segunda línea del trigrama pero, al aplicar la triada Tierra-Hombre-Cielo a los trigramas, se ubicaría en la tercera (Cielo/espíritu), con lo cual confundiríamos las aportaciones eternas y duraderas del espíritu con las aportaciones temporales y arbitrarias de la mente. Esto sucede cuando el ser humano se cree Dios y pretende cambiar la naturaleza de las cosas. O como lo dice I Ching: «si lo Receptivo (Cuerpo) quisiera avanzar por sí mismo», sin su guía natural, lo Creativo (Espíritu).
I Ching describe las características universales de las ocho fuerzas primordiales en los hexagramas formados por la duplicación del trigrama correspondiente, y es la quinta línea del hexagrama (2ª línea del trigrama superior) la que generalmente representa el “gobernador” o el “gerente” del hexagrama que describe las condiciones espacio-temporales dadas. (Para conocer más datos sobre el significado del lugar de las líneas que forman determinado hexagrama, ver I Ching: pp. 446 a 453.)
La línea continua que representa el principio Creativo (Yang), es lo condicionante. La línea discontinua que representa el principio Receptivo (Yin), es lo condicionado por el principio Creativo. En el hexagrama nº 1 formado por dos trigramas Cielo (Ch’ien: Lo Creativo) I Ching explica lo que es lo Creativo y cómo actúa, y en el hexagrama nº 2 formado por dos trigramas Tierra (K’un: Lo Receptivo) explica cuál es la actitud y la función de lo Receptivo (ver artículo 4).(P.6.5)
Lo Creativo del Cielo procede del Tao y conduce todo el acontecer, es aquello que engendra y dirige la acción. No obstante, lo Creativo nunca aparece en forma manifiesta; de la forma se encarga lo Receptivo, el principio vital complementario de lo Creativo. El planeta Tierra es pura Receptividad por lo que sabe abrirse y entregarse para acoger dentro de sí el modelo predeterminado por las energías espirituales del Tao para darle forma y hacer que nazca. En p. 479, I Ching lo explica así:
“Mientras que el Logro de lo Creativo consiste en el hecho de que los seres individuales reciben sus determinadas formas, el Logro de lo Receptivo tiene por efecto que nazcan, prosperen y se desplieguen.”
Las fuerzas primordiales (las configuraciones Yin y Yang de la energía del Tao) interactúan entre sí de un modo determinado para salvaguardar la armonía del Tao en el planeta Tierra. La secuencia de trigramas en el bagua de Fu Hsi representa esta dinámica vital y equilibradora. Es el bagua del Cielo Anterior (Cielo Previo o secuencia premundana según I Ching, ver p. 353). Existe, sin embargo, otra secuencia muy diferente de los trigramas: el bagua del Cielo Posterior (u orden intramundano, ver p. 356) cuya secuencia representa el orden del mundo.
Según la tradición, la secuencia de los trigramas en el bagua del Cielo Anterior se remonta a Fu Hsi, fundador de la dinastía Xi o Hsi (2205-1767 a.C.), mientras que se atribuye el bagua del Cielo Posterior al rey Wen de Chou (aprox. 1150 a.C.) en cuya época se comenzó la redacción de la versión del Libro de las Mutaciones que ha llegado a nuestros tiempos. Como el rey Wen cambió la condición vital Creativa o Receptiva de los trigramas Agua, Fuego, Lago y Montaña, modificó además en determinados hexagramas la interpretación de la dinámica espacio-temporal dada por los trigramas implicados. En el capítulo llamado “Discusión de los Trigramas” vienen todo tipo de explicaciones y comentarios sobre las dos versiones del bagua (ver pp. 349 a 366 del I Ching).