Pongamos el bagua en movimiento

Hemos visto que el bagua del Cielo Anterior representa los cambios cíclicos a los que el planeta Tierra está sometido y asimismo cada ser humano. En el Libro de las Mutaciones (pp. 352 a 354, 359 y 367-378) se explica cómo las fuerzas primordiales se relacionan en dicho bagua y se comenta que al ponerse los trigramas en movimiento, comprobaremos que la energía se mueve en dos direcciones.

Como dice I Ching, por un lado, surge un movimiento de curso progresivo por el cual queda determinado lo que va feneciendo e ingresa en el pasado y, por el otro, aparece un movimiento contrario mediante el cual se van formando las simientes del porvenir. El primer movimiento se expande al producir efectos que se van adicionando en el transcurso del tiempo, mientras que el segundo se va replegando, contrayendo la esencia de lo vivido en “semillas” que son determinantes para el futuro.

El bagua original que se hizo durante el reino del emperador Fu Hsi, muestra la dinámica producida por la condición Receptiva de la Tierra. Dicha condición vital determina que los fenómenos naturales y los seres vivos en la Tierra tienen que guiarse por las indicaciones de lo Creativo del Cielo que interactúa con lo Receptivo en el fuero interno de cada ser. Cuando estamos centrados, nuestro sentir percibe las indicaciones de lo Creativo cuyas influencias se expanden por medio de las cualidades y aportaciones de las fuerzas naturales. Entregados en actitud Receptiva, nos renovamos y nos vitalizamos gracias a las aportaciones que se producen por la interacción entre las fuerzas complementarias durante los cambios cíclicos.

Las explicaciones en el Libro segundo del I Ching indican que podemos convertir el bagua en un móvil tridimensional tomando las coordenadas como sistema de referencia. Más adelante veremos que al liberar los trigramas de su compresión en las dos dimensiones del bagua, las coordenadas se colocan de manera que se visualiza la trayectoria de los cambios cíclicos a través de las fuerzas naturales. Cada tramo de interacción entre dos de las ocho fuerzas primordiales representadas en el bagua, se corresponde con determinado nexo universal (P.6.12) cuyas características esenciales se aclaran en determinado hexagrama del Libro de las Mutaciones.

En los hexagramas que se refieren a los diferentes tramos de los cambios cíclicos, I Ching pone en su contexto universal los cambios que se producen de forma cíclica en la vida humana. Ayuda así a ver las cosas en perspectiva y a entender cómo afrontar los cambios sin miedo. Cuando confiamos en la perspectiva del contexto universal y comprobamos ésta en la vida cotidiana, aprendemos a aprovechar las influencias y aportaciones de las fuerzas armoniosas del orden universal, facilitándose así nuestra renovación y vitalización.

Bagua-I-Ching
El bagua de Fu Hsi

Introducción para el bagua móvil

Para preparar la puesta en movimiento de los trigramas que representan las fuerzas primordiales, los pintamos del color que corresponde a dichas fuerzas según la medicina china (menos el Elemento Metal que debería ser de color blanco en vez de gris). Resaltamos las coordenadas al unir con líneas las fuerzas complementarias Cielo-Tierra (blanco-negro), Trueno-Viento (gris-verde) y Agua-Fuego (azul-rojo). Conectamos los estados Lago y Montaña mediante flechas porque son estados en los que se manifiestan y se depositan los efectos de los cambios cíclicos en el curso del tiempo. Añadimos símbolos Yin-Yang para sugerir el paso del tiempo durante los cambios cíclicos.

21-Bagua-movimiento

Los principios vitales representados en este esquema del bagua:
Veamos cuáles son los principios básicos del movimiento de las fuerzas primordiales en este esquema.

A un lado de cada coordenada se encuentra una fuerza Yang y, al otro, su fuerza complementaria Yin. Los trigramas Cielo, Trueno, Fuego y Lago representan las fuerzas Yang cuyas fuerzas complementarias Yin son, respectivamente, los trigramas Tierra, Viento, Agua y Montaña.

Los símbolos del principio Yin-Yang (Tai Ji) al lado de los trigramas representan la interacción Yin-Yang dentro de cada fuerza vital. Además, las respectivas imágenes Tai Ji de cada pareja Yin-Yang expresan el principio de la complementariedad entre las fuerzas Creativas (Elementos Yang) y Receptivas (Elementos Yin), al ser una la imagen invertida de la otra.

La postura de cada uno de los símbolos Tai Ji a ambos lados de las coordenadas se determina por su orientación con respecto a la coordenada en cuestión. Esta coordenada atraviesa, por así decirlo, por sus puntos blanco y negro los símbolos Tai Ji correspondientes a ambas fuerzas complementarias.

La parte negra del Tai Ji representa el principio Yin (lo Receptivo de la Tierra) y la parte blanca representa el principio Yang (lo Creativo del Cielo). Puesto que el Yin es terrenal y el Yang procede del Cielo, en el dibujo colocamos la parte negra (Yin) de cada símbolo Tai Ji en el lado interior (lo Receptivo) y la parte blanca (Yang) en el lado exterior.

El paso del tiempo

Las diferentes posturas del Tai Ji insinúan el curso del día a la noche y el paso de las estaciones en los hemisferios norte y sur durante los cambios cíclicos en el globo terráqueo. Como se explica en el I Ching (p. 385):

“Las expresiones Yin (oscuro) y Yang (luminoso) denominan respectivamente el lado sombrío y el lado luminoso de una montaña o de un río, siendo Yang el lado sur de una montaña, puesto que éste recibe la luz del sol, mientras que en el caso de un río (Agua) representa el lado norte, ya que hacia ese lado se refleja la luz sobre el río (efecto espejo). En cuanto al Yin, rige en cada caso lo contrario.”

La interacción entre lo Creativo y lo Receptivo dentro de cada fuerza primordial, junto con la interacción que estas fuerzas mantienen entre sí, producen el movimiento circular eterno. Los cambios cíclicos causados por la actividad temporal de las fuerzas naturales en cada coordenada regeneran la vida de modo que se mantiene el equilibrio Yin-Yang y la cohesión del conjunto cuerpo-mente-espíritu.

Estas manifestaciones físicas (Yin) de lo Creativo del Cielo se expresan de diferentes formas en el transcurso del tiempo y crean los estados cambiantes Lago y Montaña cuyas condiciones de vida proporcionan el cobijo y el sustento de la increíble biodiversidad en el planeta Tierra.

Los trigramas Lago y Montaña representan los estados transitorios que expresan el desarrollo en el tiempo del Elemento Tierra (el planeta y sus habitantes). Como ilustran las flechas de dos direcciones en el dibujo, los estados Lago y Montaña se refieren unas veces al pasado y otras al futuro, dependiendo de la dirección del ciclo de cambios en curso, como hemos visto en artículo 10 (P.6.11). Aunque representan circunstancias palpables y visibles que toman forma durante los cambios cíclicos, los estados Lago y Montaña pueden manifestarse solamente en el presente.

Por eso, aunque los trigramas Lago y Montaña son estados complementarios, la expresión de su acción individual no se manifiesta al mismo tiempo, como es el caso en la interacción complementaria entre las fuerzas naturales. De ahí que utilizamos dos flechas dobles en vez de una línea para señalar la coordenada Lago-Montaña que representa las consecuencias temporales de los cambios cíclicos para el Elemento Tierra y, por tanto, para cada uno de los seres vivientes.

Liberemos los trigramas

La interacción entre las fuerzas complementarias confluye en el centro del bagua donde las coordenadas Cielo-Tierra (blanco-negro), Trueno-Viento (gris-verde) y Agua-Fuego (azul-rojo) se cruzan. Para liberar dichas fuerzas, unimos las coordenadas en el centro del bagua y levantamos el trigrama Cielo de modo que el Cielo se queda arriba, expandiéndose al infinito, y el trigrama Tierra abajo, mientras que los trigramas que representan las fuerzas de la naturaleza se caen de manera que forman una cruz en el plano horizontal. La vida de cada ser se desarrolla ahí donde las coordenadas confluyen.

Al “liberar” las fuerzas primordiales representadas por los trigramas del bagua, observamos que el punto de confluencia de las coordenadas constituye un centro de entrada y de salida de las influencias y aportaciones de las fuerzas primordiales. La vida sigue su curso eterno al recibir de modo fluido su inspiración de arriba (lo Creativo) y el suministro de energía y nutrientes a través de la interacción entre las fuerzas naturales abajo (la Tierra). Gracias a su condición Receptiva, la Tierra acoge las influencias y aportaciones de estas fuerzas vitales a través de las coordenadas.

Luego, los efectos palpables de lo que el planeta y sus habitantes hacemos con estas aportaciones se van, por así decirlo, “depositando sobre las flechas” que conducen a la manifestación temporal de la vida en los estados vitales Lago y Montaña del Elemento Tierra.

Para visualizar la estructura tridimensional de las coordenadas formadas por las fuerzas complementarias, he tomado prestada la siguiente imagen esquemática. En ella el planeta y cualquier ser viviente (Elemento Tierra) se encuentran en el centro de las influencias universales. Las elipses rojas representan la magnetosfera del planeta. El punto “cenit” corresponde al trigrama Cielo del bagua, el punto “nadir” corresponde al trigrama Tierra y la rosa de los vientos en el disco azul corresponde a las coordenadas formadas por las fuerzas naturales Trueno-Viento y Agua-Fuego (la estrella y las flechas Z y h no vienen a cuento).

zenit

El Elemento Tierra, representa el tiempo presente en la vida de cualquier ser en cualquier lugar del planeta Tierra. Cada lugar, cada fenómeno, cada planta, cada ser y cada persona son, literalmente, el centro del mundo. No en el sentido de creerte el centro del mundo (de los demás) sino en el sentido de ser el centro de las influencias de las fuerzas primordiales que fluyen por las coordenadas, y ser responsable del mundo que creas en tu entorno. El mundo se crea, se desarrolla y evoluciona a partir del centro de confluencia de las coordenadas en el interior de cada ser. Por eso, cada vida es única y sólo podemos conocer y desarrollar nuestro ser desde el sincero sentir.

El sincero sentir no tiene nada que ver con el ego sino, muy al contrario, con nuestra conexión con lo Creativo del Cielo que actúa en el plano terrenal a través de la interacción entre las fuerzas naturales. Todos nosotros y el mundo entero recibimos en nuestro interior las influencias del Cielo (lo Creativo) y las aportaciones de las fuerzas naturales Trueno, Viento, Agua y Fuego gracias a las cuales formamos parte de una unidad cuya vida se regenera constantemente y mantiene su cohesión.

La condición Receptiva del Elemento Tierra permite que lo Creativo dirija desde el interior de cada ser la renovación, el desarrollo y la evolución que se produce gracias a los cambios cíclicos a los que la vida está sujeta.

Citas del I Ching sobre el movimiento por las coordenadas

El Libro de las Mutaciones (ver p. 359) dice textualmente sobre las fuerzas primordiales del bagua:

“Cada una de estas fuerzas actúa en una dirección determinada; pero el movimiento y la mutación sólo se hacen posibles cuando las fuerzas, opuestas entre sí de a pares sin anularse mutuamente, dan impulso al movimiento circular que es el fundamento de la vida del universo.

Las “fuerzas opuestas entre sí de a pares” en esta cita son las parejas de fuerzas complementarias.
I Ching explica que las fuerzas opuestas se complementan dado que, interactuando entre sí, generan el movimiento imprescindible para promover los cambios necesarios para la regeneración, regulación y evolución de cualquier manifestación material y/o espiritual de la vida.

La secuencia de los trigramas en el bagua señala la dirección del movimiento que se produce gracias a la activación consecutiva de las fuerzas primordiales. Las cualidades y aportaciones de estas fuerzas determinan los cambios cíclicos que transforman las condiciones espaciotemporales constantemente.

Cuando la Tierra se abre hacia lo Creativo del Cielo, surge un movimiento a través de las fuerzas vitales denominado “ciclo expansivo”. Cuando la Tierra se encuentra en su fase de clausura, aparece un movimiento contrario llamado “ciclo retrospectivo”. Estos ciclos se complementan creando un movimiento espiral que, hacia un lado, sale al exterior creando y transformando el estado Lago y, hacia otro, penetra en nuestro interior extrayendo la esencia de las cosas en el estado Montaña.

Penetramos en nuestro interior si nos abrimos hacia las influencias de las fuerzas naturales que se activan durante los diferentes tramos del trayecto de cambios en curso. Es entonces, como si la espiral creada por las cualidades y aportaciones de las fuerzas naturales despertara o activara determinadas secciones de la doble hélice de ADN de nuestro ser para promover así nuestra realización y evolución.

Veamos lo que I Ching dice sobre las funciones de las coordenadas formadas por las fuerzas complementarias. En el § 3 del texto arcaico que se cita en el Libro segundo, capítulo “Discusión de los Trigramas” (ver p. 352), se explican así sus funciones:

Cielo y Tierra determinan la dirección.
La Montaña y el Lago mantienen la unión de sus fuerzas.
El Trueno y el Viento se excitan mutuamente.
El Agua y el Fuego no se combaten entre sí.

En el § 4 del referido texto arcaico se describe así los efectos que las fuerzas primordiales originan en la naturaleza (ver I Ching p. 354):

El Trueno obra el movimiento, el Viento obra la disolución;
La Lluvia obra el humedecimiento, el Sol obra el calentamiento;
El Aquietamiento (Montaña) obra la detención, lo Sereno (Lago) obra el regocijo;
Lo Creativo (Cielo) obra el dominio, lo Receptivo (Tierra) obra la conservación.

Funciones y efectos de las coordenadas en imágenes

“Cielo y Tierra determinan la dirección”

La interacción Cielo-Tierra en el eje vertical del bagua representa el principio Yin-Yang de la vida. La unión de lo Creativo (Cielo) y lo Receptivo (Tierra) en el planeta Tierra genera una atracción magnética cuya fuerza y condición originan la velocidad del giro sobre su propio eje y determinan la circulación de la Tierra alrededor del Sol. De ahí que Cielo y Tierra determinan la trayectoria del Elemento Tierra en el espacio. La dirección de esta trayectoria genera determinado movimiento cíclico que produce los cambios espaciotemporales (día-noche, estaciones, etc.) que regulan, nutren y regeneran las condiciones de vida en la Tierra.

campo-electromagnetico-terrestre
Campo electromagnético de la Tierra
trayecto-Tierra
Explicación convencional del trayecto de la Tierra alrededor del Sol

Además, la corriente magnética que surge del interior de la Tierra, produce un fluido energético alrededor de ella en forma de “ochos” que se repiten infinitamente, pasando de un hemisferio al otro como si la Tierra tuviera la forma de dos donuts, como se muestra en la siguiente representación.

dualtorus
Campo toroidal de la Tierra

Fuente: https://djxhemary.wordpress.com/category/geometria-sagrada-flor-de-la-vida-espiral-logaritmica-numero-aureo-proporcion-dorada/page/3/

“La Montaña y el Lago mantienen la unión de sus fuerzas”
Este dicho significa que los estados cambiantes del planeta y de sus habitantes mantienen la unión de lo Creativo (Cielo) y lo Receptivo (Tierra), es decir, mantienen la interacción Yin-Yang que reengendra la vida constantemente. Por ejemplo en el caso del planeta mismo, la velocidad de rotación de la Tierra produce tanto calor y tensión en su núcleo que explotaría (volcanes) a no ser por los cambios cíclicos en su superficie. Los cambios cíclicos generados por las fuerzas de la naturaleza regulan la temperatura y la humedad del planeta de manera que se crea una biosfera que enfría la superficie terrestre considerablemente (al parecer, hay 3000 ºC a 100 km bajo la superficie de la Tierra, y por encima de nuestras cabezas la temperatura va disminuyendo hasta llegar a 60 ºC bajo cero a una altura de 10 km).
De modo que las cambiantes condiciones circunstanciales de los estados Montaña y Lago mantienen la unión de las fuerzas Yin y Yang al producir una biosfera que permite la regeneración constante del propio planeta y de cualquier fenómeno vital, comunidad o unidad de vida que se desarrolla en la Tierra.

estadovitales
Estados vitales del Elemento Tierra

Fuente: http://biogeoquim.blogspot.com.es/

“El Trueno y el Viento se excitan mutuamente, el Trueno obra el movimiento, el Viento obra la disolución.”
El Trueno y el Viento se complementan dando y recibiendo, uno y otro se estimulan mutuamente para realizar sus funciones energizantes y metabólicas. La actividad transformadora y formadora –por ejemplo de moléculas- precisa una continua movilización y disolución de lo establecido. Interactuando entre sí, el Trueno y el Viento (Elementos Metal y Madera) representan el principio primordial de entrada-salida de energía y de partículas. Dicho principio vital se manifiesta de muchas maneras: mediante la emisión y la recepción, la inhalación y la espiración, la dilatación y la contracción, la expansión y la regresión, el aumento y la reducción, etc.

principioprimordial
Principio primordial de entrada-salida:
movilización y disolución de lo establecido
ciclo infinito de transformación y formación

Fuente: http://www.ugr.es/~quiored/pnatu/primario.htm

“El Agua y el Fuego no se combaten entre sí, la lluvia obra el humedecimiento, el Sol obra el calentamiento”
Si el Agua y el Fuego no se combaten, se equilibran mutuamente al aportar, por un lado, frío y humedad proveniente del agua y, por otro, calor y sequedad proveniente de la luz solar. Estas fuerzas naturales representan el principio primordial de la circulación. Como dice I Ching, el agua es oriunda de la tierra y el sol es oriundo del cielo. Gracias a ello el agua vuelve a la tierra y el calor se eleva, por lo que crean un movimiento que hace que las aportaciones nutritivas y energizantes de las fuerzas naturales Viento y Trueno (Madera y Metal) y los productos de la Tierra circulen constantemente. La lluvia tiende a descender y el calor tiende a ascender por lo que, interactuando entre sí, se produce un intercambio armonizador entre ambas fuerzas que se traduce en un movimiento de aire que circula infinitamente arriba-abajo, abajo-arriba, arriba-abajo.

primordialcirculacion
Principio primordial de la circulación

Fuente: http://www.aguascordobesas.com.ar/educacion/aula-virtual/planeta-agua/el-ciclo-del-agua

Gracias a que el Agua y el Fuego se complementan, las corrientes de agua y calor circulan intentando equilibrar las temperaturas y la humedad del aire (Viento) y del suelo terrestre (Trueno); el aire circula yendo de las zonas de alta presión a las de baja presión, intentando igualarlas; el reino vegetal (Viento, Elemento Madera) transforma la luz en oxígeno y suministra todo tipo de nutrientes; la cubierta vegetal genera y enriquece el suelo (Trueno, Elemento Metal), suministra la base de las cadenas alimentarias, interviene en los ciclos hídricos, establece los microclimas y protege los suelos, creando la base misma de la biosfera que da hospedaje al reino animal.

Las fuerzas naturales mantienen el equilibrio vital

espiraltiempo-geologico

I Ching subraya que el Cielo (lo Creativo) y la Tierra (lo Receptivo) son fuerzas energéticas y eternas que determinan la condición existencial y espiritual de los seres vivos. Para lograrlo, “lo Creativo obra el dominio, lo Receptivo obra la conservación”. Sus apariencias y expresiones temporales se manifiestan en los estados Lago y Montaña del Elemento Tierra donde “el Aquietamiento (Montaña) obra la detención y lo Sereno (Lago) obra el regocijo”. Así que, la coordenada Cielo-Tierra determina nuestro ser y la coordenada Lago-Montaña corresponde a nuestro estar.
La interacción entre las fuerzas activas produce los cambios cíclicos que regulan la temperatura y la humedad en el planeta Tierra y permiten el despliegue y la evolución de la vida. Las fuerzas activas son las fuerzas naturales Trueno, Viento, Agua y Fuego. Es decir, los Elementos Metal (suelo, minerales, energía eléctrica), Madera (viento, vegetación, vida orgánica), Agua (agua, simientes de vida y humedecimiento) y Fuego (calor y luz) son las fuerzas que actúan activamente en lo temporal haciendo posible que lo eterno se manifieste de forma temporal en la materia viva.

La Espiral del Tiempo Geológico (en la imagen) muestra de forma didáctica el carácter temporal de los estados Lago y Montaña que se han ido desarrollando en la Tierra. Está diseñada por Joseph Graham, William Newman y John Stacy para mostrar las diversas eras y épocas geológicas (versión publicada por USGS: U.S. Geological Survey).

Interactuando entre sí, las fuerzas naturales generan un delicado equilibrio vital que es el origen de una biosfera autorregeneradora capaz de crear una inmensa biodiversidad de seres que viven en un ambiente de complejas interdependencias y cambios constantes que son regulados por las fuerzas naturales mediante cambios cíclicos que se manifiestan en los estados vitales Lago y Montaña del Elemento Tierra.

En la vida humana son también los cambios cíclicos los que mantienen la unión de nuestras fuerzas Creativas (Cielo) y Receptivas (Tierra). Nos regulamos, nos renovamos y mantenemos nuestra vitalidad gracias a los cambios generados por las fuerzas de la naturaleza. Como hemos visto (art. 10)(P.6.11), nuestras vivencias y experiencias en el ciclo expansivo crean determinados procesos naturales cuyos efectos se manifiestan en el estado Lago (frutos del pasado). Durante el ciclo retrospectivo, siempre que nos paremos en el estado Montaña, los procesos naturales hacen que nos consultemos interiormente y extraemos la esencia de lo vivido, asegurándose así nuestra regeneración y dando lugar a nuestro desarrollo y evolución (semillas del futuro).

Igual que en el reino vegetal, las fuerzas naturales Agua, Fuego, Trueno y Viento nos aportan en sentido figurativo (ver Dinámica Vital, art. 5)(P.2.5) las corrientes de agua, calor, energía y nutrientes para echar raíces, crecer, formarnos, desarrollarnos y crear las condiciones de vida que proporcionan el cobijo y el sustento necesarios para que florezcamos y nuestras vidas den sus frutos y semillas.

La dinámica vital entre el interior y el exterior

Como indica la interacción entre los principios primordiales que rigen la vida, todos los fenómenos vitales surgen a partir de dos movimientos globales. Un movimiento de dentro hacia fuera y de fuera hacia dentro, y viceversa (Trueno-Viento), origina el intercambio de principios energéticos y nutritivos.

Este movimiento de entrada y salida se combina con un movimiento que va de arriba hacia abajo (Agua) y de abajo hacia arriba (Fuego), y viceversa, produciendo la circulación de energía y de nutrientes. De este modo la vida se regenera constantemente mediante movimientos en forma de espirales centrípetas (hacia dentro) y centrífugas (hacia fuera) que originan, entre otros, el fenómeno de la biosfera autorregeneradora en la Tierra.

remolinos
Movimiento centrífugo y Movimiento centrípeto

En este dibujo las flechas representan el movimiento circular y la dirección de las influencias de las fuerzas representadas en el bagua. El signo + en ambos dibujos marca dónde se sitúa el Elemento Tierra, es decir, el sujeto de la acción. El sujeto puede ser el planeta y cualquier fenómeno vital, ecosistema, comunidad, árbol, animal o cualquier persona centrada. El signo + corresponde al centro de confluencia de las coordenadas Cielo-Tierra, Trueno-Viento, Agua-Fuego y Lago-Montaña.

En el dibujo de la derecha, cada flecha hacia dentro representa la influencia que recibimos de determinada fuerza, y una de estas flechas corresponde al estado evolutivo individual en determinado momento (Montaña). En el dibujo de la izquierda, las flechas hacia el exterior corresponden a lo que hacemos con las aportaciones que hemos recibido de las fuerzas universales. Estas flechas representan los efectos de las transformaciones interiores que se manifiestan en el exterior, son los efectos y las consecuencias de nuestros actos, compartimos estos en los diferentes ámbitos de la vida (Lago).

En la medida en la que nos abramos y percibamos las aportaciones de las fuerzas universales, iremos descubriendo cómo somos (Montaña), revelándose en nuestro interior los valores y criterios de nuestro verdadero ser. En general y en todos los sentidos, lo que se va revelando en el interior (dibujo de la derecha), busca en el exterior su forma de manifestarse y realizarse (dibujo de la izquierda).

Expresándonos en el exterior, nos realizamos en el ámbito familiar, social y laboral (Lago) donde todos juntos creamos circunstancias que nos influyen también, por lo que volvemos a consultarnos interiormente (Montaña) y recibimos de nuevo las aportaciones de lo Creativo y de sus ayudantes, las fuerzas naturales Trueno, Viento, Agua y Fuego.

Gracias a esta dinámica vital descubrimos continuamente cosas nuevas sobre la vida y sobre nosotros mismos. Una y otra vez, los efectos tanto de nuestra inconsciencia como de nuestra conciencia se manifiestan y se expanden en el estado vital Lago y se repliegan y se contraen en el estado Montaña. De manera que nuestro ser se plasma en el exterior al producirse, por un lado, desde dentro un movimiento centrífugo de forma espiral expansiva, y por otro, surge un movimiento centrípeto girando hacia adentro que hace que vayamos conociéndonos y destapando nuevas facetas de la vida, en un proceso de ida y vuelta que parece ser infinito.

Este proceso infinito de la Creación se muestra en la imagen “Maestros Creadores”, diseñada por el Maestro y Artista Víctor Brossa.

ufod
Maestros Creadores

Fuente:  https://djxhemary.wordpress.com/category/geometria-sagrada-flor-de-la-vida-espiral-logaritmica-numero-aureo-proporcion-dorada/page/3/

“Lo Creativo obra el dominio, lo Receptivo obra la conservación”

Lo Creativo del Cielo obra el dominio al engendrar, inspirar y dirigir la vida. I Ching especifica que para ello posee determinados atributos. Dice así: “Los cuatro atributos fundamentales de lo Creativo son al mismo tiempo también las cualidades necesarias en un conductor y gobernante de los hombres” (ver p. 468). Estos atributos son: el amor, los valores morales, la justicia y la sabiduría que se revela en el señalamiento de caminos firmes y perdurables. Son las cualidades humanas que encontramos en “el lado luminoso de una montaña o de un río”, donde la montaña representa lo elevado y el río lo profundo.

Como hemos visto, la parte blanca del símbolo Tai Ji se corresponde con el lado que refleja la luz del Sol. Análogamente, es la cara luminosa de la vida, son las horas del día que hay luz solar, son los meses después del solsticio cuando la cantidad y la intensidad de la luz van en aumento, son las estaciones de primavera y verano. En general son épocas de crecimiento, florecimiento, maduración y recolección de todo aquello que es clarificador, estimulante y liberador y todo lo que es ligero, alegre, refrescante, vivificante, etc. Es todo aquello en lo que reconocemos “la mano de lo Creativo” al sentirnos respetados, inspirados y satisfechos y recibir la ayuda interior capaz de movilizarnos, guiarnos, confortarnos, enseñarnos a superar dificultades y hacernos crecer.

Si se produce este crecimiento, es gracias a la condición Receptiva de la Tierra cuya cualidad primordial es dar forma material a la vida espiritual y conservarla. Lo Receptivo de la Tierra acoge las irradiaciones e intenciones de lo Creativo del Cielo sabiendo darles forma y cuerpo. Interactuando con lo Creativo del Cielo, la Tierra hace que los seres individuales nazcan, prosperen y se desplieguen e, interactuando con las cuatro fuerzas naturales, les proporciona cobijo y manutención para renovar sus vidas continuamente.

En la naturaleza reconocemos la obra conservadora de lo Receptivo de la Tierra cuando observamos la materialización exacta de la espiral primaria de lo Creativo del Cielo. Vemos dicha espiral por ejemplo en esta foto de satélite de las nubes de una borrasca sobre Islandia, y en la foto del corte de la concha de un nautilus vemos que éste utiliza el mismo diseño como modelo para construir su casa (fuente fotos: Wikipedia).

clima remolino
concha nautilus

Dice el Libro de las Mutaciones (p. 478):

“Perfecta en verdad es la Elevación de lo Receptivo. Todos los seres le deben su nacimiento, pues con su entrega recibe (concibe) lo celestial. (…) Lo Receptivo es portador de todas las cosas. Su índole está en concordancia con lo ilimitado. Lo abarca todo en su amplitud y lo ilumina todo en su grandeza. Por lo Receptivo todos los seres individuales alcanzan su logro.”

Cómo conseguir eso, lo explica I Ching así (ver p. 480):

“La Tierra está quieta. No actúa por sí misma, sino que acoge constantemente los influjos del Cielo. Así se torna inagotable y eterna en su vivir. Así también el hombre alcanza eternidad cuando no pretende, en un vano trajinar autónomo, hacerlo todo por sí mismo, sino antes bien se abre, tranquila y constantemente, a los estímulos que afluyen hacia él desde las profundidades de las fuerzas Creativas.”

El principio generador y regenerador de la vida material y evolutiva es la unión entre lo Creativo y lo Receptivo. Como dice I Ching, esta unión constituye el principio primordial que ha sido capaz de crear el universo y generar, entre otros, el planeta Tierra cuya vida orgánica ha ido cambiando, desarrollándose y evolucionando en el transcurso de miles de millones de años.

La energía espiritual que los seres terrestres compartimos, empezó a plasmarse en la materia hace tantísimo tiempo que podría ser que para imprimir todas las variaciones, diversificaciones y especializaciones que la energía Creativa experimentó en la Tierra a lo largo del tiempo, influyó en lo Receptivo de modo que éste necesitó espirales inmensas para conservar y ordenar la información de las diferentes especies y, además, la de la unicidad de cada ser individual.

Esto explicaría la forma enrollada de la molécula que conserva toda esta herencia genética, el ADN. La longitud de la cadena de las propiedades específicas de la enorme variedad de diferentes seres individuales se hizo tan larga, que esta cadena tuvo que comprimirse en un bucle de doble hélice tan pequeño que cabe en cada una de las células que forman los cuerpos que permiten que cada individuo pueda realizar, explorar y perfeccionar la unicidad de su ser espiritual.

La siguiente imagen muestra el bucle de información de nuestra energía espiritual y corporal en el “disco duro” de una molécula ADN.

estruc-cromosoma

Fuente: http://recursostic.educacion.es/ciencias/biosfera/web/alumno/4ESO/genetica1/contenidos4.htm