La fisiología enseña cómo continuar la obra de la naturaleza en el mundo humano. Observando las funciones de los órganos correspondientes a los Cinco Elementos, se revela que éstas corresponden a determinados órganos y tejidos en la sociedad. El Elemento Metal determina las condiciones vitales de la biosfera terrestre que posibilitan la existencia de vida orgánica y la supervivencia de los seres vivos. Siendo el órgano intermediario entre el organismo y el medioambiente, el Pulmón da el aliento de vida y sus demás aportaciones determinan la vitalidad del organismo.
El Pulmón es el órgano intermediario entre el organismo y el medioambiente. Según la fisiología global de la medicina china, el Pulmón gobierna el Qi (la energía) del organismo y la respiración, y juega un papel vital en la circulación de los líquidos orgánicos. Las sustancias que aporta, las adquiere gracias a las condiciones vitales en el entorno y sus funciones incentivan la actividad metabólica, funcional y mecánica del organismo. Además, se encarga de la primera línea de defensa contra la invasión de todo tipo de partículas e influencias nocivas procedentes del entorno.
Por la fisiología moderna sabemos que los pulmones incentivan la actividad metabólica al encargarse de la obtención de oxígeno y la expulsión de dióxido de carbono. En medicina china, las funciones del Pulmón incluyen las de su víscera “acoplada”, el intestino grueso. Por eso, el Pulmón no suministra sólo oxígeno e iones procedentes del aire sino también minerales y electrolitos procedentes de la alimentación y de la bebida. Dado que el Pulmón aporta así las sustancias imprescindibles para la actividad metabólica, funcional y mecánica del organismo, se explica por qué se dice que “gobierna el Qi”.
Como dice la medicina china, los pulmones inhalan el “Qi puro” y exhalan el “Qi impuro”, y el constante intercambio y la renovación del Qi de Pulmón aseguran el buen funcionamiento de los procesos fisiológicos en el medio interno. El “Qi de Pulmón” se forma al combinarse el Qi puro con el “Qi de los alimentos” (proveniente del “Bazo”, el sistema digestivo). Este Qi humedece los bronquios y las vías respiratorias, protegiendo sus tejidos y facilitando la respiración.
A continuación, previo enriquecimiento con propiedades defensivas del sistema inmunitario, el Pulmón se encarga de la difusión de su Qi por todo el organismo por medio de los canales energéticos (meridianos de acupuntura) y los vasos sanguíneos, energizando la circulación de los líquidos orgánicos (sangre, agua, linfa) y favoreciendo así todos y cada uno de los procesos fisiológicos del cuerpo.
El Qi de Pulmón
Primero vamos a ver globalmente cómo actúa el Pulmón para ejercer sus funciones en el cuerpo, ya que su fisiología aporta datos muy esclarecedores para comprender la función del “motor energético” que determina la economía de cualquier otro organismo. El “Qi” de Pulmón es el conjunto de la energía y las sustancias que aporta al organismo. Estas sustancias son oxígeno, electrolitos y agua pura. El Qi de Pulmón posibilita así la formación de una energía muy potente, llamada “Qi Verdadero” en medicina china.
Gracias a la fisiología moderna sabemos que el oxígeno aportado por el Pulmón es imprescindible para el metabolismo y la obtención de energía, y que los electrolitos lo son para la actividad celular de los órganos, tejidos, estructuras y sistemas que determinan la funcionalidad de nuestro organismo.
Los electrolitos juegan un papel elemental en la nutrición celular y la secreción de sus productos y en la actividad motora de tejidos y órganos. Asimismo son fundamentales para el transporte de toda clase de sustancias y fluidos dentro del organismo y para la conductividad que posibilita la emisión de señales mediante los “potenciales de acción” del sistema nervioso.
La actividad metabólica, funcional y mecánica es posible gracias a los iones de carga positiva (lo Creativo) y de carga negativa (lo Receptivo). Por ejemplo, la denominada “bomba sodio-potasio” mantiene un potencial negativo (Receptivo) en el interior de todas las células. Este potencial posibilita los intercambios entre el agua en el interior de las células (citoplasma) y el agua circundante de los líquidos corporales en el medio interno, posibilitándose así la difusión directa de determinados iones, la entrada de oxígeno y la salida de dióxido de carbono.
Fuente: http://psicofisiologia.files.wordpress.com/2011/02/potencial_de_reposo.jpg
Los potenciales de acción forman canales en la membrana celular. El tamaño y la carga eléctrica del canal son determinantes para seleccionar las sustancias que la célula necesita para ejercer sus funciones. Y según sus necesidades, determinado potencial puede estar en estado de acción (canal abierto) o de reposo (canal cerrado).
Además, en la membrana celular hay “canales proteicos”, una especie de “poros” que comunican el interior de la célula con los líquidos circundantes del medio interno. Estos canales son permeables selectivamente, bien a uno o más iones o determinadas moléculas específicas, ó pueden abrirse y cerrarse como si fueran “puertas”. Generalmente, para abrir y cerrar una “puerta”, se necesita que determinado ion acompañe a la molécula.
Para el transporte de determinadas sustancias e iones específicos se necesitan según sus características, bien enzimas celulares específicas ó, según el gradiente electroquímico, energía del interior de la célula. Tanto los enzimas como los canales proteicos son compuestos de aminoácidos, es decir, corresponden en la vida humana a valores elementales de la persona (célula).
Las formas de transporte son desde la más sencilla hasta la más compleja las siguientes: la difusión simple a través de la membrana celular, la difusión selectiva a través de los canales proteicos, la difusión facilitada por determinados iones y los llamados transportes activo primario y activo secundario.
La formación del “Qi Verdadero” (fuente de riqueza)
Así que, gracias a los mecanismos electrolíticos, se posibilita que los nutrientes y otras sustancias penetren en las células. Una vez dentro (en el citoplasma), los componentes alimenticios de los nutrientes reaccionan, bajo la influencia de diversas enzimas (valores y criterios personales), químicamente con el oxígeno de manera que se libera energía que la célula emplea para sintetizar moléculas de alta energía denominadas ATP (trifosfato de adenosina): el Qi Verdadero de la medicina china. Cada célula utiliza esta energía para ejercer sus funciones en el organismo.
El ATP genera la energía que las células necesitan para cumplir con sus funciones en el organismo, dado que constituye la fuente energética de prácticamente todas las funciones celulares como por ejemplo la síntesis de sustancias y la contracción muscular. Esta energía es muy potente y, además, eficiente y económica ya que la molécula ATP libera energía instantáneamente a demanda y se reconstituye a medida que se consume. Por eso, los fisiólogos dan al ATP el sobrenombre de “moneda de cambio” del organismo. Gracias a la producción de ATP en el interior celular, las células hacen su trabajo para el organismo. Y gracias a la circulación de oxígeno y electrolitos, se produce el intercambio de nutrientes y otras sustancias que permite que las células ejerzan sus funciones.
Origen de la energía ATP
Análogamente, en la vida humana el aporte de electrolitos y oxígeno corresponde al motor económico que proporciona la financiación del sustento de la población y posibilita así el ejercicio de sus funciones en la sociedad. Gracias a las aportaciones del sector “Pulmón” se incentivan las actividades productivas, comerciales y funcionales y asimismo la movilidad, el transporte y la comunicación que determinan la funcionalidad y productividad de todas las actividades necesarias para un funcionamiento óptimo de la sociedad.
La formación de ATP concretiza cómo se genera y se regenera nuestra energía. La fisiología del sistema energético del cuerpo concretiza cómo se genera una energía económica y eficiente (“Qi Verdadero”). La fisiología enseña que es en el núcleo celular (mitocondria) y, por tanto, en el fuero interno de la materia viva -ya sea una célula u otro ser vivo- donde las aportaciones energéticas (Elemento Metal-Pulmón) y alimenticias (Elemento Tierra-sistema digestivo) procedentes del exterior reaccionan con las aportaciones nutritivas y reguladoras generadas en el interior del cuerpo (Elemento Madera-Hígado y Elemento Agua-Riñón).
Ciclo de Krebs produce energía ATP
Fuente: juntadeandalucia.es/repositorio
Para que los componentes de las aportaciones de fuera y dentro reaccionen entre sí, tienen que llegar al núcleo celular donde se inician las reacciones químicas que generan la molécula de alta energía llamada ATP (ver imagen Ciclo de Krebs). Análogamente a la labor celular, esto quiere decir que para generar y regenerar nuestra fuente de ATP para trabajar, hace falta interiorizar las aportaciones que vienen de fuera y facilitar que reaccionen con aquello que nos satisface interiormente (nutrientes).
Interiorizando las cosas, conectamos con la Fuente de Vida (Elemento Agua) que transmite las indicaciones de lo Creativo. Desde lo más pequeño hasta lo más grande, la dinámica vital es siempre la misma. El sujeto de la acción, ya sea una célula, una persona, el planeta Tierra o cualquier otro representante del Elemento Tierra, tiene que colocarse en el centro de la dinámica que las fuerzas naturales mantienen entre sí.
El funcionamiento celular demuestra que para la vida orgánica es imprescindible interiorizar las aportaciones y la información que vienen de fuera. Las células realizan sus quehaceres guiadas por sus necesidades y gustos (escogiendo determinados nutrientes) y por sus valores y criterios personales (enzimas). De este modo, se dedican a su cometido en la vida haciendo que se genere espontáneamente “Qi Verdadero” en su interior por lo que su fuente energética se reconstituye a medida que se consume.
El arquetipo de la energía vital es el dinero
En los sueños, la pérdida o ganancia de dinero señala el estado de nuestra fuente de energía. Es decir, soñar con dinero informa sobre lo que hacemos con nuestra capacidad innata de generar “moléculas ATP”. Comparando la actitud celular con la actitud del ser humano, uno se da cuenta de que, efectivamente, nos agotamos en la medida en la que disminuye nuestra implicación y disfrute del trabajo o estudio, mientras que nos animamos y nos vitalizamos cuando nuestros quehaceres nos llenan y satisfacen.
Esto ocurre igualmente en cualquier otro ámbito. Tanto personalmente como en el ámbito social, laboral y estatal, la dinámica de la generación de ATP enseña que interactuando entre sí el Qi del sector “Hígado” y el Qi del sector “Pulmón”, se genera una potente fuente de energía y, por tanto, una fuente de riqueza material y humana. Intuimos que es así pero nuestro sistema económico no está basado en este principio vital. Tanto en la educación y la enseñanza como en el ámbito laboral, la mayoría parte de la base que el ser humano no quiere trabajar por lo que sería imprescindible motivarle mediante incentivos materiales, competiciones, premios, castigos, etc. para obligarle a esforzarse, estudiar y cumplir con su función en la sociedad.
En vez de facilitar que hagamos las cosas por ellas mismas y respetar los tiempos de los procesos naturales de modo que avanzamos adquiriendo concentración, satisfacción y constancia, predomina el empleo de métodos de manipulación, chantaje, control, castigo y recompensa para obligarnos, motivarnos y disciplinarnos según los deseos de terceros. Pensando que para poder disfrutar de la vida (Qi de Hígado) primero hay que ganársela (adquirir Qi de Pulmón), obstruimos el camino natural que lleva a la unión de “oxígeno” y los demás “nutrientes” en nuestro interior. Esta obstrucción impide la generación natural de energía ATP por lo que nos cansamos y nos aburrimos al desaprovechar la fuente innata de motivación, inspiración y eficacia que nos vitaliza con una potente energía que se regenera constante y naturalmente.
La fisiología de la generación de ATP muestra que esta potente fuente de energía se forma sólo dentro de las células y, por analogía, en el interior de las personas. Basándonos en criterios personales, utilizamos los potenciales de acción (electrolíticos) para escoger lo que necesitamos del “Qi de Pulmón” y del “Qi de Hígado” y realizar nuestro trabajo de forma entregada. Sólo entregándonos podemos emplear nuestras “enzimas” (conjuntos de valores y criterios personales) para que se produzcan en nuestro interior las reacciones químicas que convierten las aportaciones del Hígado y del Pulmón en moléculas de alta energía ATP, como lo hacen las células. Ellas enseñan que utilizando ATP para ejercer sus funciones, se incrementa la actividad funcional y productiva en la totalidad del cuerpo.
Así que, análogamente, el “ATP” que podemos sintetizar en nuestro propio interior, potencia el rendimiento de nuestras actividades productivas y funcionales en cualquier ámbito de trabajo, generándose así una fuente potente de riqueza para el conjunto de la sociedad, además de que cada trabajador genera de este modo su propia fuente de satisfacción, vitalización y renovación.
Al contrario de lo que ocurre en nuestro organismo donde la generación de ATP es la norma, en el mundo se desaprovecha esta potente fuente de energía renovable hasta el punto de creerse que quienes pueden realizarse disfrutando de su trabajo son unos pocos privilegiados, pero que la mayoría no tiene más remedio que esforzarse por dedicarse a lo que sea para ganarse la vida en un terreno laboral donde no importa la opinión ni el bienestar de los trabajadores. La mayoría de la gente, tanto en el sector directivo como en el ámbito laboral, no es consciente de que la fuente natural de energía es casi inagotable y que esta fuente se obstruye automáticamente al impedir o prohibir el compromiso personal (interiorizar) y la implicación de los valores y criterios personales (canales proteicos y enzimas) en el ejercicio de las funciones laborales.
Los “electrolitos” en la vida humana
La fisiología enseña que a no ser por los electrolitos, la entrada y salida de sustancias a través de la membrana celular sería imposible. Es en el intestino grueso donde se salvaguardan los electrolitos procedentes de la alimentación (vivencias). Ahí se separan las sustancias valiosas de las desechables, se reabsorben sobre todo electrolitos junto con la máxima cantidad de agua para que la materia que se elimina con las heces sea un compuesto de desechos metabólicos con materia facilitadora del tránsito y algo de agua. Así que, para obtener suficientes “porteros” (potenciales de acción) que abren las “puertas” en la membrana celular, hace falta discernir entre lo valioso y lo desechable y quedarse con lo que es bueno para el funcionamiento orgánico y deshacerse de lo malo.
En la vida humana, la adquisición de electrolitos corresponde a nuestra capacidad de elección. Cuánto más capacidad de elección tengamos, más electrolitos tendremos a nuestra disposición y mayor cantidad de energía ATP obtendremos, ya que los electrolitos forman los potenciales de acción que posibilitan la entrada de nutrientes en las células y la generación de moléculas ATP en su interior.
Además de que los electrolitos juegan un papel esencial en la nutrición celular y en la posterior formación y secreción de sus productos, son imprescindibles para el ejercicio de la actividad motora en los tejidos y órganos. Los electrolitos posibilitan el bombeo del corazón, el movimiento de los músculos, etc. y asimismo el transporte de toda clase de sustancias y fluidos dentro del cuerpo y la conductividad del sistema nervioso. Así que, la fisiología demuestra de este modo que la capacidad de discernimiento entre lo que es valioso para la sociedad y lo que es nocivo, es fundamental para conseguir, en todos los ámbitos, un buen funcionamiento de cualquier empresa.
Los líquidos que nutren al Pulmón proceden de la digestión (Bazo) de los alimentos y del plasma sanguíneo (Corazón) que afluye para facilitar los procesos metabólicos en el tubo digestivo (desde la boca hasta el ano). La mayoría de los productos que se elaboran en el tubo digestivo, pasan sucesivamente al hígado a través de la circulación sanguínea, mientras que el agua y los electrolitos que forman el “Qi” de Pulmón continúan hasta el final del trayecto, el intestino grueso. Ahí se reabsorben el agua pura y los electrolitos procedentes del proceso digestivo, renovándose así el plasma sanguíneo.
La medicina china dice que el Pulmón controla la dispersión de los líquidos orgánicos por todo el cuerpo, haciéndolos descender para comunicar con el Riñón. El Riñón es el órgano director o gobernante del cuerpo y de cualquier empresa u otra unidad vivencial. Sus funciones corresponden a la capacidad de escuchar y fomentar las directrices de lo Creativo que se abren camino desde el interior del ser humano (su ADN). La medicina china resume las funciones del Riñón con respecto a las aportaciones del Pulmón de esta forma: “El Riñón retiene el Qi de Pulmón y evita que se agote”.
La fisiología moderna aclara que esta función consiste en la filtración renal del plasma sanguíneo a fin de reorganizar los electrolitos de modo que haya una adecuada proporción de unos y otros en la sangre. La proporción adecuada es aquella que mantiene el equilibrio fisiológico del agua en el medio interno del cuerpo. El agua se renueva constantemente por medio de la circulación sanguínea (Corazón), es decir, mediante la administración del bien común (plasma) elaborado por el organismo de determinado cuerpo, familia, escuela, institución, empresa,… o en determinado país.
El Qi de Pulmón es propicio a todos los seres
En el hexagrama 1: Lo Creativo, I Ching habla de los cuatro atributos fundamentales de lo Creativo (ver p. 468). Son el amor, la moral, la justicia y la sabiduría “que se revela en el señalamiento de caminos firmes y perdurables que, de acuerdo con invariables leyes universales, tienen que conducir al éxito”. Cada fuerza activa del Tao, los Elementos Agua, Madera, Metal y Fuego ejercen determinada función en la propagación y manifestación de dichos atributos en la vida humana.
El Elemento Agua fomenta el amor incondicional, el Elemento Madera hace que surja la moral en las costumbres, el Elemento Metal garantiza la justicia que restringe la libertad del individuo tan sólo en la medida indispensable para el bienestar general, y el Elemento Fuego fomenta la curiosidad y el razonamiento lógico que llevan a reconocer las invariables leyes universales a las que la vida está sujeta.
Con respecto a la justicia, el atributo de lo Creativo que el Elemento Metal debe garantizar, I Ching comenta lo siguiente: “El fundamento de la convivencia ha de ser la mayor libertad posible, el mayor beneficio posible para todos. Al ser propicio a todos los seres, es capaz de conducirlos mediante la justicia a la armonía.”
EL TRUENO: Elemento Metal
Correspondencia fisiológica: funciones Pulmón e Intestino Grueso
Pulmón: Gobierna el Qi (energía del cuerpo) y la respiración
- Incentiva la actividad metabólica, funcional y mecánica
- Controla las Vías de paso del Agua
- Controla la dispersión de los líquidos y su descenso al Riñón
- Ejecutor de la primera línea de defensa
- Aporta: oxígeno, electrolitos y agua pura
Influencias del Elemento Metal:
- Características de la biosfera terrestre
- «Antenas» para movernos con seguridad:
- Percepción sensitiva (tacto, olfato) y sensibilidad
- Instinto (maternal, etc.) e intuición
- Sentido de la justicia
- Sentido común
Hexagrama 51: Lo Suscitativo (la Conmoción, el Trueno)
- El Trueno se adueña del mando con energía y poder
- Un movimiento tan impetuoso que provoca terror
- Llega la conmoción: ¡Ju, ju!
- Permaneciendo uno interiormente sereno hace que todos los terrores externos reboten impotentes sobre su honda seriedad interior
- Se explora a sí mismo y rectifica su vida
- Tiene como efecto que puedan surgir el regocijo y la alegría gracias a las lecciones de vida: ¡Ja, ja!
Sector «Pulmón» en el mundo:
- Motor económico-energético
- Financiación del sustento y del ámbito laboral
Cultivar la tierra, minería, ingeniería - Actividades productivas, comerciales y funcionales
- Industria y empresas de movilidad, transporte, comunicación
- Eliminación de desechos
La fisiología del cuerpo humano revela que el Pulmón (Metal) sabe discernir entre lo propicio y lo nocivo. Esta capacidad se manifiesta al inhalar oxígeno y exhalar dióxido de carbono, al formar las heces y expulsar así los desechos, y al recuperar y difundir el agua y los electrolitos que promueven la fluidez y la eficacia del funcionamiento orgánico. Las influencias del Elemento Metal se manifiestan en los seres humanos mediante la percepción de lo que aportan el instinto, la intuición, el tacto y el olfato, y mediante el sentido de la justicia y el sentido común.
Cómo colaborar con las cuatro fuerzas activas del Tao
I Ching explica cómo podemos colaborar para realizar las intenciones de lo Creativo. Dice así:
“Al encarnar al amor, el noble es capaz de gobernar a los hombres. Al promover la cooperación de todo lo bello, es capaz de unirlos mediante la costumbre moral. Al ser propicio a todos los seres, es capaz de conducirlos mediante la justicia a la armonía. Al ser perseverante y firme, es capaz de llevar a cabo todos los actos.”
“A fin de gobernar y conducir a los hombres, ante todo hace falta amarlos,” comenta I Ching. “Sin amor nada duradero puede realizarse en el terreno del gobierno. La violencia que actúa provocada por el miedo, siempre sirve tan sólo en forma pasajera; engendra necesariamente resistencias, como efecto reactivo.”
I Ching explica cuando se refiere a “todo lo bello”, diciendo:
“Como método para la unificación de los seres individuales surge la moral en las costumbres. Nada liga a los hombres más firmemente que fuertes costumbres morales, que obtienen su observancia gracias al hecho de que cada miembro de la sociedad vea en ellas lo bello, lo digno de ambicionarse y de alcanzar. Allí donde se logra formar nexos de costumbres morales destinados a que cada cual se sienta cómodo, resulta muy fácil procurar la unión y la organización de las masas.”
Por otra parte, “el fundamento de la convivencia ha de ser la mayor libertad posible y el mayor beneficio posible para todos”. El Elemento Metal tiene la misión de aportar lo necesario para crear condiciones vitales que generan dicha libertad y beneficios. I Ching explica de esta manera cómo lo hace:
“Tales condiciones se ven garantizadas por la justicia que restringe la libertad del individuo tan sólo en la medida indispensable para el bienestar general.”
Gracias al amor incondicional, la cooperación de todo lo bello y las condiciones vitales que generan el mayor beneficio para todos, los seres humanos son capaces de alcanzar las metas propuestas por lo Creativo: “Al ser perseverante y firme, el noble es capaz de llevar a cabo todos los actos.”
Valores elementales
Veamos lo que aclara la fisiología del cuerpo sobre la interacción entre los órganos que materializan y fomentan estos cuatro atributos de lo Creativo en el organismo. Para facilitar la traducción de los datos fisiológicos a la vida humana añado entre paréntesis algunas referencias:
Enviando el Qi de Pulmón al gobernante del cuerpo (Riñón, esencia espiritual), el Pulmón (medioambiente, mundo) suministra oxígeno y potenciales de acción (electrolitos) que fomentan lo que es propicio al funcionamiento de las células (seres, personas). El Hígado (alma/esencia natural, naturaleza) sirve al funcionamiento celular aportando “todo lo bello”: la esencia (conocimientos) de los alimentos (Bazo, vivencias) y los criterios reguladores (proteínas, moralidad) que unen la actividad celular (funciones laborales) para el bien común.
La esencia de los alimentos son los nutrientes: p. ej. glucosa es la esencia de los hidratos de carbono; los aminoácidos son la esencia de las proteínas.
EL VIENTO: Elemento Madera (árbol)
Correspondencia fisiológica: funciones Hígado y Vesícula Biliar
Hígado: Enriquece la sangre con la esencia de los alimentos/vivencias
- Hace llegar el Qi a todos los rincones
- Es un gran laboratorio de reciclaje y creador de materia reconstituyente, reguladora, transformadora/catalizadora
- Elimina materia nociva y transforma lo dañino en provechoso (p. ej. bilis)
- Almacena temporalmente nutrientes (glucosa, vitaminas,…)
- Asegura así el suministro puntual a todas partes
- Armoniza el funcionamiento del conjunto orgánico
Hexagrama 57: Lo Suave (lo Penetrante, el Viento)
- Penetra con suavidad como un árbol con sus raíces
- Principio luminoso que disuelve lo rígido e inmóvil
- Penetrante claridad de juicio que pone al descubierto todas las sombrías segundas intenciones y maquinaciones que huyen de la luz
- “No es cuestión de obrar recurriendo a métodos violatorios, sino al ejercicio de una ininterrumpida influencia.”
- Para obrar así: tener las cosas claras, basarse en la esencia
- Recurre al tiempo como medio para su acción
Sector “Hígado” en el mundo:
- Naturaleza humana, fauna y flora
- Procesos orgánicos
- Valores, derechos y responsabilidades humanas
- Promueve la cooperación de todo lo bello
- Educación y enseñanza
- Cultura y ciencia
- Estudio e investigación
- Servicio social y sanidad
- Creatividad y artes
El Corazón (corazón y mente) recoge, transporta y administra el bien común del organismo, encargándose de su circulación y aportando calor (amor) procedente de lo Creativo (Yang) de Riñón. El Riñón (función renal) ordena el bien común de modo que tenga la proporción adecuada de potenciales de acción para mantener el equilibrio vital en el medio interno, y asimismo (Esencia Vital, sistema nervioso y sistema hormonal) posibilita la comunicación dentro del organismo que regula la administración puntual de nutrientes y otras sustancias. Para lograr todo ello, el Riñón obedece las directrices de lo Creativo del Cielo y materializa sus indicaciones.
Lo Creativo posee una fuerza perseverante y firme capaz de transmitir sus directrices e indicaciones en el interior de todas las células (personas). La “bomba sodio-potasio” mantiene un “potencial negativo” (Receptivo) en su interior, por lo que cada ser recibe en todo momento las indicaciones de lo Creativo y es capaz de “llevar a cabo todos los actos” requeridos para el funcionamiento óptimo del organismo.
Para generar condiciones vitales que sean propicias a todas las células (personas), el Pulmón discierne entre lo propicio y lo desechable.
Esto lo concretiza la fisiología al reseñar el papel del Pulmón en el mantenimiento del equilibrio vital. Por un lado, el Pulmón colabora con el encargado del equilibrio vital en el medio interno del organismo (Riñón, dirección) al inhalar oxígeno (alentar) y exhalar (eliminar) los desechos del uso metabólico del oxígeno y, por otro (intestino grueso), discierne entre lo valioso y lo desechable para recuperar los electrolitos y el agua al término de los procesos metabólicos que se realizan en el tubo digestivo (Bazo, población).
De modo que el Elemento Metal ejerce así una función importante de limpieza y de vitalización en el medio interno del cuerpo. Cumpliendo con esta función colabora con el Elemento Agua para salvaguardar el equilibrio vital en el organismo (el mundo). Además, el Qi de Pulmón ejerce también una función importante en el sistema inmunitario al encargarse de la primera línea de defensa de los agentes patógenos provenientes del medio externo, como veremos en el siguiente apartado.
Así que, las funciones del Pulmón concretizan que las aportaciones del Elemento Metal “le hacen al noble capaz de conducir los seres mediante la justicia a la armonía”. Análogamente a la fisiología del Pulmón, las aportaciones del Elemento Metal (instinto, intuición, tacto, olfato, sentido de la justicia, sentido común) nos permiten colaborar con el “gobierno” de nuestro ser (ADN) para que se mantenga el equilibrio vital en nuestro interior y a nuestro alrededor.
Gracias a nuestra sensibilidad somos capaces de discernir entre lo propicio y lo desechable para el funcionamiento del mundo y percibimos las injusticias cuando nuestros actos o los del entorno no son propicios a todos los seres. Las influencias del Elemento Metal hacen que, si no ejercemos sus funciones de forma adecuada, nuestros sentidos nos avisan de ello, obligándonos a rectificar.
El papel del Pulmón en el sistema inmunitario
Además de aportar sustancias beneficiosas procedentes del entorno, el Qi de Pulmón nos defiende de los males que vienen de él al encargarse de la primera línea del sistema defensivo del organismo: la prevención y sanación de toda clase de infecciones, generando las medidas inmediatas de defensa contra los agentes externos que las producen (bacterias, etc.).
Por medio de las vías respiratorias y la piel, el Pulmón es el órgano más proclive a infecciones procedentes del exterior. Junto con la circulación sanguínea (Corazón) que se encarga de la prevención mediante la termorregulación y mediante el transporte y la administración de las sustancias que nutren, regulan y protegen al organismo, el Pulmón es el ejecutor del sistema inmunitario.
Una de las medidas preventivas que toma el Pulmón, consiste en la regulación de la excreción de “líquidos impuros”, es decir, la eliminación de sustancias nocivas mediante el sudor y la orina. Al controlar la apertura y el cierre de los poros para regular el sudor, el Pulmón colabora en la regulación de la temperatura del cuerpo de la que se encarga el Corazón. Y al controlar (mediante el sistema “renina-angiotensina-aldosterona”) la proporción del agua y productos de desecho en la orina, el Pulmón colabora con el Riñón en la regulación del equilibrio vital en el medio interno y en la regulación de la proporción de plasma en los vasos sanguíneos. La medicina china se refiere a esta función al deducir que el Pulmón “regula las vías de paso del agua”.
Otra medida preventiva del Pulmón consiste en el mantenimiento del “manto protector energético” formado por la energía protectora que circula por debajo de la piel e irradia hacia el exterior, evitando así la invasión de cualquier factor infeccioso.
Todos los órganos tienen un papel determinado en el sistema inmunitario.
Además de los órganos Pulmón y Corazón que se encargan de la primera línea de defensa, el Riñón y el Hígado juegan un papel esencial en el sistema inmunitario al formar sus fundamentos, y las aportaciones del sistema digestivo (Bazo) alimentan y renuevan el sistema inmunitario.
El Riñón forma su base fisiológica: la constitución innata del cuerpo en sí y al generar linfocitos, células del sistema de la inmunidad adquirida que se forman en la médula ósea (según la medicina china, el Riñón produce la medula y controla los huesos). El Hígado crea la base condicional del sistema inmunitario al aportar linfa junto con el sistema digestivo y mantener la sangre sana y limpia junto con el órgano bazo. La linfa es la vía principal de la inmunidad que adquirimos a lo largo de la vida. Al alimentar esta vía, el Bazo mantiene el sistema inmunitario en forma.
¿Cómo debería comportarse el sector “Pulmón”?
En la vida humana, las funciones del sector “Pulmón” corresponden al motor económico, la gestión del dinero y del comercio y asimismo al sistema operativo que determina la logística, funcionalidad y productividad de cualquier empresa. Y sus funciones protectoras de la salud comprenden la eliminación de los desechos de su actividad, el control administrativo, judicial y policial y la función de los bomberos (en casos de “Exceso de Fuego”, fiebre).
Por la fisiología sabemos cómo es la organización global que posibilita que los nutrientes y el oxígeno lleguen a todas las células del cuerpo. Esta organización, la homeostasis, permite que el funcionamiento del organismo sea de una eficacia económica extraordinaria. El principio vital del ATP y la homeostasis dan las claves de un sistema económico justo y eficiente. Ya que este sistema se rige por las leyes de la naturaleza, convendría tomarlo como ejemplo para aprender a crear las condiciones vitales que hacen funcionar al mundo.
Del mantenimiento de la homeostasis se encargan, principalmente, el Riñón, el Pulmón y el Bazo. Recordamos aquí las funciones principales del Riñón y del Pulmón en la homeostasis. La función del Bazo (la responsabilidad individual) en el sistema linfático (P.3.2) ya lo vimos, y su función con respecto a la digestión de las vivencias la veremos cuando estudiemos la fisiología del Bazo.
La dinámica natural (Ciclo Cosmológico) enseña que el Pulmón difunde su Qi a través del Riñón (los gobiernos), órgano que debe “controlar la recepción del Qi de Pulmón”. La fisiología moderna explica esta simbología ya que, para que todas las células se nutran y se energicen para ejercer sus funciones, dicho Qi (oxígeno, electrolitos y agua) se difunde en los líquidos (gobernados por el Riñón) del medio interno del cuerpo.
La fisiología muestra de qué manera el Riñón controla la recepción de lo que el Pulmón aporta. Como hemos visto, la función de los riñones consiste en el constante reequilibrio de los electrolitos que se administran en el medio interno del cuerpo. Al filtrar la sangre procurando que contenga la proporción adecuada de electrolitos, la función renal se encarga de la regulación general del volumen y del contenido de los líquidos corporales.
No obstante, muy al contrario de lo que hace el gobierno del cuerpo (Riñón), en el mundo los gobiernos no controlan “la recepción del Qi de Pulmón” sino que se subordinan a los criterios arbitrarios del poder económico y adjudican así al “sector Pulmón” un papel directivo en el mundo, en vez de controlar que el medio interno de la sociedad reciba el “Qi de Pulmón”. La fisiología enseña que los gobiernos deberían procurar que las aportaciones del sector laboral “Pulmón” estén al servicio del funcionamiento del conjunto de la sociedad.
Sin embargo, en vez de ordenar las aportaciones del sector “Pulmón” basándose en determinados criterios establecidos que mantienen el equilibrio vital en la sociedad, los gobiernos procuran más bien que todos los demás sectores laborales estén al servicio del sistema económico impuesto por el sector “Pulmón”. Pero este sistema no es válido. Como el contenido del Qi de Pulmón depende de las circunstancias, el Pulmón a solas no puede hacer otra cosa que enviar agua con una cantidad variable de electrolitos a la circulación sanguínea que administra el plasma que renueva y drena el medio interno. Esta variabilidad crearía condiciones vitales inseguras y arbitrarias en los líquidos corporales que abastecen a las células.
Como muestra la fisiología, es imprescindible que el Riñón ponga orden mediante la determinación de las proporciones adecuadas de electrolitos en el plasma sanguíneo. De esta manera se asegura que la composición de los líquidos corporales en el medio interno es la adecuada. Así que, la función “renal” de los gobiernos y directivos de cualquier empresa es: reflexionar sobre los criterios capaces de crear condiciones que garanticen el mayor beneficio posible para todos.
ESQUEMA DE CRITERIOS
Criterios procedentes del sentido de la justicia (Pulmón)
- Los electrolitos forman potenciales de acción mediante Iones de carga positiva e iones de carga negativa:
- Interacción entre lo Creativo y lo Receptivo
- El principio Yin-Yang que impulsa la vida
Criterios procedentes de las lecciones de vida (Hígado)
Nutrientes alimenticios:
Glucosa: lo dulce que gusta y energiza
Ácidos grasos: forman la linfa (ver “Función reguladora”)(P.5.5)
Proteínas: compuestos de aminoácidos
Proteínas reguladoras: enzimas, hormonas, proteínas plasmáticas
Adquisición y uso, analogías:
Glucosa: fácil, agradable y cómodo
Ácidos grasos: dificultoso, esencial y satisfactorio
Aminoácidos: 20 herramientas de multiuso (valores morales)
Proteínas: moléculas complejas de varios cientos o miles de aminoácidos
Dan al organismo su capacidad de formación, transformación, regulación, protección, regeneración y desarrollo y forman parte de la estructura básica de los tejidos (músculos, piel, uñas, etc.)
Criterios procedentes de lo Creativo del Cielo (Riñón)(P.5.3)
Función renal: Proporción adecuada de electrolitos
Control del volumen y contenido del plasma sanguíneo
Función médula ósea y timo:
Génesis de las células de la sangre: glóbulos rojos, transporte de oxígeno
Génesis de linfocitos: capacidad de investigación y solución de problemas
Función médula cerebral:
“Central” del sistema hormonal: directrices de regulación global
Sistema nervioso central: comunicación recíproca organismo-Riñón, función coordinadora y directiva
La complementariedad Pulmón-Hígado
Además, deberíamos tomar en consideración que las funciones del Pulmón son complementarias a las del Hígado. Esto se visualiza en la dinámica de autorregulación. El Qi de Hígado fomenta la cooperación de todo lo bello, pero el organismo (la sociedad) sólo puede generar ATP (riqueza) cuando los potenciales de acción (electrolitos) abren puertas en la membrana celular (coraza) que permiten entrar tanto el Qi de Pulmón como el Qi de Hígado (conocimientos y criterios morales).
La fisiología concretiza así que la función del Pulmón no es la de controlar el trabajo del Hígado sino la de estimular la efectividad de sus aportaciones. Las células (trabajadores) necesitan “iones” (criterios justos), “proteínas” (criterios reguladores) y “enzimas” (criterios específicos y personales) para seleccionar lo que necesitan para ejercer su función y generar en su interior los compuestos ATP que energizan la actividad celular (laboral). Gracias a estos criterios, cada célula (persona) se autorregula, como I Ching explica en los hexagramas correspondientes a la interacción natural entre el Trueno (Elemento Metal, Pulmón) y el Viento (Elemento Madera, Hígado), ver también Dinámica vital, art. 6. (P.2.6)
En los hexagramas formados por los trigramas Trueno (Metal) y Viento (Madera), I Ching describe las condiciones espacio-temporales que se crean gracias a la interacción fluida entre dichas fuerzas complementarias. Cuando el trigrama Trueno ocupa el lugar inferior del hexagrama, sale “El Aumento” (nº 42), cuyas condiciones espacio-temporales definen “la conducta espiritual capaz de ayudar al mundo”.
En este hexagrama I Ching dice así:
“Debido al sacrificio operante desde lo alto en aras del aumento de lo inferior, surge en el pueblo una disposición de ánimo caracterizada por la alegría y la gratitud, sumamente valiosa para el florecimiento del bien público.”
Cuando es el trigrama Viento el que ocupa la posición inferior en el hexagrama, se da el nº 32: “La Duración” cuyas condiciones espacio-temporales se caracterizan por la unión de las fuerzas Viento y Trueno que genera un estado vital de caracter duradero. I Ching describe este estado así:
“El movimiento de un todo rigurosamente organizado y acabado en sí mismo, que se lleva a cabo según leyes fijas, concluye en sí mismo y, por tanto, se renueva a cada momento: un movimiento en el cual cada terminación es seguida por un nuevo comienzo.”
Diversas analogías
Análogamente a las funciones del Pulmón en el cuerpo, el sector laboral “Pulmón” aporta la materia prima necesaria para el funcionamiento de cualquier otra unidad de convivencia. El Pulmón es el motor energético de la “máquina” corporal. En el cuerpo, posibilita el metabolismo y la formación de todo tipo de moléculas diferentes al aportar “oxígeno” y eliminar dióxido de carbono. Las transformaciones metabólicas generan las sustancias que las células necesitan para ejercer sus funciones vitales en el organismo. En la vida humana, el sector “Pulmón” aporta el dinero para la subsistencia y posibilita así que las personas, igual que las células, realicen todo tipo de trabajos diferentes que son fundamentales para el funcionamiento del mundo.
En el cuerpo, el intestino grueso (víscera “acoplada” al Pulmón, en medicina china) aporta “electrolitos”, iones de carga positiva y negativa, que posibilitan el movimiento funcional de órganos como el corazón, de tejidos como los músculos, de estructuras funcionales como el sistema nervioso, etc. Asimismo, posibilitan el transporte dentro del cuerpo y el intercambio de sustancias producidas por la labor celular en los diferentes órganos, tejidos, estructuras y sistemas corporales.
También en la vida humana, el sector “Pulmón” es el motor que permite el funcionamiento “mecánico” de la sociedad. Para subsistir y realizar nuestros quehaceres necesitamos dinero. Para trabajar necesitamos dinero, vivencias esenciales (nutrientes), criterios vitales y energía. Para realizar cualquier trabajo mecánico y voluntario hace falta generar energía. Para cultivar y producir lo que necesitamos, hace falta encontrar la materia prima que permite elaborar lo que haga falta. Para adquirir la materia prima y cualquier otro producto que necesitamos para cumplir con nuestras funciones, hace falta intercambio de información, herramientas y experiencia, hace falta comunicación, transmisión, imaginación,…
Los electrolíticos posibilitan la entrada del oxígeno y los demás nutrientes en las células y promueven la conductividad del organismo, el transporte dentro de él y el movimiento de los órganos y del cuerpo. El Pulmón asegura así que el cuerpo dispone de las sustancias que posibilitan las actividades mecánicas, funcionales y productivas que garantizan el funcionamiento del organismo.
Así que, en el mundo las funciones del sector “Pulmón” deberían cumplir con el mismo cometido. Análogamente, estas funciones están relacionadas con el sistema económico-energético y con la conductividad que asegura la comunicación y coordinación para realizar todo tipo de actividades mecánicas, funcionales y productivas que garantizan el funcionamiento de la sociedad. Es decir, las empresas financieras, de la energía, de las telecomunicaciones, de transporte, las empresas constructoras, las industrias, el comercio, etc. deberían tomar conciencia de su misión vital, la de ser propicio a todos los seres.
Recordamos que para conseguir que surjan las condiciones idóneas para cumplir con esta misión, I Ching asegura lo siguiente: “Tales condiciones se ven garantizadas por la justicia que restringe la libertad del individuo tan sólo en la medida indispensable para el bienestar general.” Trabajando en estas condiciones, el ser humano da lo mejor de sí ya que se dedica con cuerpo y alma a sus quehaceres, renovándose y energizándose.
Los beneficios generados por la dedicación de los trabajadores del sector «Pulmón» corresponden en nuestro organismo al Qi de Pulmón que se comparte, se administra y se reinvierte mediante la circulación sanguínea.
La circulación del dinero (liquidez)
La energía que se produce gracias a las interacciones entre el polo positivo (lo Creativo) y negativo (lo Receptivo) de los diferentes electrolitos, juega además un papel vital en la circulación de los líquidos orgánicos (agua, sangre, linfa) cuyas vías posibilitan la interconexión entre todas las funciones orgánicas. Siempre que los órganos correspondientes a los Cinco Elementos ejercen sus funciones adecuadamente, los líquidos orgánicos permiten que el cuerpo disponga de las sustancias y de la fluidez necesaria para mantener la cohesión.
Al contrario de lo que ocurre en el cuerpo, en el mundo las aportaciones del sector “Pulmón” no circulan libremente. Este sector va por libre, pero no es consciente que, como dice I Ching, “el fundamento de la convivencia ha de ser la mayor libertad posible y el mayor beneficio posible para todos”. Su propio sentido de la justicia es muy débil y, como los demás sectores apenas son conscientes de su misión en la sociedad, estos tampoco exigen al sector “Pulmón” regirse por criterios justos.
En el mundo, el sector “Riñón” no filtra la “sangre” por lo que, por un lado, el dinero se acumula y, por otro, falta liquidez para subsistir. El sector “Hígado” es apenas consciente del valor esencial (ATP) de sus aportaciones naturales para la economía (extracción de la esencia de las cosas, investigación, enseñanza, sanidad, artes, cultura,…), por lo que no reivindica su valía, dejándose manipular y oprimir por los criterios del poder y la falta de dinero. Debido a la falta de lo equivalente a “proteínas plasmáticas (P.5.5) (valores éticos) procedentes del hígado”, el sector “Corazón” despilfarra el dinero en vez de administrarlo obedeciendo criterios duraderos y fiables que fomentan que ese dinero sea propicio a todos los seres.
Por todo ello, el sector “Bazo” pierde mucha energía y motivación, luchando por sobrevivir. En general, la humanidad se siente bastante frustrada y cabreada, siendo incapaz de realizar su verdadero ser dedicándose a su misión en el mundo: aportar “Qi de Bazo” para regenerar la vida humana, alimentando la sociedad con su trabajo y renovando los “líquidos corporales” en el medio interno del mundo.
El sector “Pulmón” usurpa las funciones del sector “Riñón”
Al depender el contenido de su “Qi” de circunstancias cambiantes, el sector “Pulmón” es muy proclive al estrés y a la desconfianza. En el cuerpo, el contenido cambiante del Qi de Pulmón no es razón de inseguridad dado que el Riñón (gobierno) ordena las proporciones de electrolitos, ejerciendo la función renal. Gracias a ello, las células en el medio interno del cuerpo tienen la subsistencia garantizada, siempre que el Elemento Tierra (humanidad, responsabilidad individual, digestión y asimilación de vivencias) aporte los alimentos y la bebida y cumpla con sus funciones digestivas, manteniéndose en el centro de las aportaciones e influencias de las fuerzas activas del Tao.
En cambio, en el mundo el sector “Pulmón” y los seres individuales (Bazo) inventan sistemas económicos para controlar el “Qi de Pulmón”, aunque estos intentos están destinados al fracaso porque ese “Qi” contiene, por naturaleza, una cantidad variable de electrolitos. Es imposible controlar las circunstancias, sólo los criterios duraderos del “Riñón” pueden poner orden en el desbarajuste de electrolitos que determinan la efectividad del “Qi de Pulmón”.
Sin embargo, de forma artificial intentamos poner orden ahí donde el desorden es lo natural. A consecuencia de esta lucha contra la naturaleza, vulneramos incluso las normas de justicia y sentido común que sí se rigen por el Elemento Metal, intentando cambiar las circunstancias mediante el abuso de poder, luchas de interés partidista, pronósticos teóricos, especulación, ingeniería financiera, etc.
Tanto en el ámbito personal como en el ámbito laboral, el ser humano se desequilibra si no ordena las cosas guiado por lo Creativo del Elemento Agua. Si la falta de seguridad existencial hace que busquemos la solución en intentar cambiar las circunstancias a la fuerza, las circunstancias nos superarán siempre por lo que nos sentiremos cada vez más inseguros. Intentando controlar las circunstancias que son cambiantes por naturaleza, nos descentramos por lo que el Elemento Tierra se aparta de la dinámica natural del Ciclo Cosmológico y entramos en la espiral de círculos viciosos (ver Dinámica vital, art. 8).(P.2.8)
En la medida en la que al ser humano le falta seguridad y confianza en la vida, quiere controlar al mundo. Pero intentando controlar los cambios circunstanciales a los que la vida está sujeta, intervenimos en los procesos naturales de las cosas haciendo uso de la fuerza, y vulneramos las características “Metal” de la naturaleza humana que se manifiestan mediante la sensibilidad y el sentido de la justicia. La vida enseña que interviniendo en la dinámica natural, se distorsionan las cosas por lo que conseguimos lo contrario de lo que buscamos. En vez de lograr controlar las circunstancias de la vida, experimentamos que el mundo se vuelve incontrolable.
I Ching explica cómo deberíamos afrontar las circunstancias inseguras y difíciles. En el hexagrama (nº 51) correspondiente al Elemento Metal (Trueno), advierte que la conmoción del Trueno no debería hacer que perdamos la calma (“¡ju, ju!”). Perdiendo la calma se perturba nuestra condición vital Receptiva por lo que nos descentramos automáticamente. Por eso, intentando controlar la situación movidos por inseguridad y miedo, provocamos que se obstruya nuestra conexión interior con las indicaciones de lo Creativo (Riñón) que sabe ordenar las cosas de tal manera que superamos los problemas (“¡ja, ja!”).
Al perder la calma y dejándose llevar por la inseguridad, el sector “Pulmón” del mundo intenta controlar la vida de los demás (“Bazo”) hasta llegar a dirigir y determinar el trabajo de los sectores “Riñón”, “Hígado” y “Corazón”. Pero, igual a lo que sucede en el cuerpo, si la dirección (“Riñón”) de cualquier empresa o institución deja pasar el embrollo de “electrolitos” sin poner orden, no se determinan las proporciones adecuadas para el equilibrio fisiológico por lo que el “plasma del Corazón” (sector ejecutivo) desequilibra las condiciones vitales en el medio interno de esa empresa, en vez de renovar, drenar y energizar los “líquidos corporales” que abastecen a las “células” (trabajadores).
En consecuencia, ocurre lo que ocurriría bajo estas circunstancias en el cuerpo: El desbarajuste de “electrolitos” impide que las “células” (trabajadores) encuentren lo que necesitan para nutrirse y hacer su trabajo. En consecuencia, las “células” se desmadran, el organismo no cumple con sus funciones y el “cuerpo” pierde la cohesión vital inherente a la vida orgánica.
Si, además, el sector “Hígado” no está en condiciones de elaborar o de suministrar “todo lo bello”, las “células” no pueden satisfacer sus necesidades elementales ni renovar sus valores esenciales por lo que disminuye inexorablemente su capacidad de cumplir con sus funciones. Recordemos a lo que se refiere I Ching con “promover la cooperación de todo lo bello”: “Como método para la unificación de los seres individuales surge la moral en las costumbres. Nada liga a los hombres más firmemente que fuertes costumbres morales, que obtienen su observancia gracias al hecho de que cada miembro de la sociedad vea en ellas lo bello, lo digno de ambicionarse y de alcanzar. Allí donde se logra formar nexos de costumbres morales destinados a que cada cual se sienta cómodo, resulta muy fácil procurar la unión y la organización de las masas.”
Analogías con procesos patológicos en el cuerpo
Conociendo los procesos normales gracias a la fisiología, los procesos patológicos concretizan las causas de los conflictos y luchas de poder que surgen cuando entregamos el mando de nuestras vidas al sector “Pulmón”. Si aceptamos los criterios circunstanciales del dinero sin pasarlos por la criba del sentido de la justicia y vivimos sin interiorizar nuestras vivencias, es imposible ordenar los “electrolitos” a conciencia y recibir la ayuda de lo Creativo, por lo que se produce un estado patológico análogo a lo que sucedería en el cuerpo.
Si el Pulmón no discerniera entre lo valioso para el organismo y lo nocivo, envenenaría el organismo con agua contaminada. Si el Riñón no recibiera las aportaciones del Pulmón para filtrarlas de acuerdo con las necesidades naturales y vitales de las células en el medio interno, se generarían automáticamente bloqueos en las vías de paso del agua por lo que se obstruiría la circulación y la renovación de los líquidos corporales que abastecen a los trabajadores del organismo, las células.
Veamos globalmente cómo se manifiesta en el cuerpo el principio desencadenante de procesos patológicos causados por la debilidad del Pulmón (inseguridad existencial). Este principio es: obstáculos en las vías de paso del agua. Cuando hay una invasión de agentes patógenos, se obstaculizan las vías del agua en el origen por lo que la primera línea del sistema inmunitario entra en acción, bien produciendo estreñimiento o diarreas debido al funcionamiento deficiente del intestino grueso, ó produciendo resfriados, mucosidades e infecciones de las vías respiratorias. Tanto el desperdicio de agua y electrolitos (diarrea y rinitis) como su estancamiento, producen impedimentos que afectan a la circulación del Qi de Pulmón y pueden generar carencia energética e infecciones (conflictos) en las vías respiratorias y digestivas.
Cuando el sistema defensivo del Pulmón no resuelve los impedimentos, éstos se interiorizan y afectan al funcionamiento orgánico. Si afecta a las funciones del Hígado, el Qi de Hígado se estanca, obstruyéndose así el metabolismo orgánico por lo que el organismo va a padecer diversos grados de desnutrición (frustración), estrés y golpes de “Viento” (ira y agresividad). A medida que se obstruye el metabolismo, se bloquean las vías de paso del agua en el medio interno por lo que la deficiencia metabólica afecta también a otros órganos, en cuya área de acción se va a extender la obstrucción en la circulación de los líquidos corporales, por lo que se generaliza la tendencia a generar bloqueos e infecciones, las cuales pueden llegar a producir “Calor Tóxico”. Localmente, se crean focos de calor que causan condensación de agua y acumulación de materia de desecho por lo que se generan infecciones (conflictos), pus (negatividad) y fiebre (luchas) y, a la larga, pueden producirse masas y quistes para aislar los focos de infección. No obstante, estas masas pueden llegar a vivir su propia vida a costa del organismo incitando a la formación de células cancerígenas, células que crecen excesivamente apropiándose de los nutrientes de las células sanas.
La patología del sistema capitalista
Cuando el sector directivo (Riñón) de la sociedad se rige por los criterios económicos del sector “Pulmón”, la dirección (Riñón) de cualquier unidad de convivencia es incapaz de “controlar el Qi de Pulmón”. Es decir, la dirección es incapaz de salvaguardar los criterios inherentes a la función esencial de la empresa o institución que dirige. Si la dirección de la misma no ordena el desbarajuste de “potenciales de acción” (electrolitos) temporales y variables que aporta el “Pulmón”, a fin de ponerlos de acuerdo con los criterios duraderos y constantes que determinan las proporciones adecuadas para el bien común de esa empresa o institución, en el medio interno de ésta se pierde el equilibrio vital por lo que se generan todo tipo de luchas de poder que, si no se resuelven, se extienden y se consolidan en las diferentes áreas de acción de la misma, entorpeciendo la funcionalidad y productividad del tejido laboral en cuestión.
Cuando el gobierno de la nación (Riñón y Corazón) no procura que el “Qi de Pulmón” esté al servicio del sector “Hígado” y del “Bazo”, el trabajo productivo (metabolismo) y funcional de la sociedad se entorpece inevitablemente, ya que al no generarse apenas “ATP”, los empresarios, trabajadores y funcionarios no pueden cumplir con su cometido de forma comprometida, enérgica, eficaz e inventiva por lo que no sólo ellos se frustran, se agobian y se enfadan sino que disminuye además el rendimiento laboral y funcional del “motor económico” (Pulmón) de la sociedad.
En el ámbito laboral, estos estados patológicos son tan frecuentes y generalizados que los aceptamos casi como normal (“soy un mandado”, “la vida es así”, “esto no tiene remedio, no seas utópico”, etc.). Pero aunque intentamos adaptarnos a esta situación, padecemos sus consecuencias en la vida política (Riñón, Corazón) y privada (Bazo) por lo que sus efectos se extienden en la vida social y educativa (Hígado) generando círculos viciosos casi imparables.
Cuando el “Qi de Pulmón” se cree el dueño del mundo,(P.3.5) el sector “Pulmón” va por libre y somete la sociedad a las reglas del juego capitalista. Si aceptamos estas reglas, se obstaculizan las “vías del agua” en la sociedad y se estanca el “Qi de Hígado” por lo que disminuye la generación de “energía verdadera” y asimismo la conciencia de los criterios éticos inherentes a la especie humana. Al no tener claro cuáles son las funciones verdaderas de los sectores “Pulmón”, “Riñón”, “Hígado” y “Corazón” y cuáles son los derechos y las responsabilidades de la población (“Bazo”), dejamos que se impongan las normas del poder. En consecuencia, el ambiente social se vuelve viciado e irrespirable debido a la ceguera, injusticia e inhumanidad de los criterios interesados, arbitrarios y especulativos del sistema capitalista. Llegamos así a adoptar estos criterios en la vida privada por lo que nos desequilibramos emocional y físicamente.
A medida que los intereses temporales y arbitrarios del “Pulmón” se imponen en el sistema económico y en la organización de los Estados, en el mundo se generan y se extienden los estados patológicos de pobreza, hambruna, desnutrición, desprotección, corrupción, conflictos sociales y bélicos, y en la sociedad incrementan los estados de inseguridad, miedo, insatisfacción, estrés, ansiedad, conflictividad, pasividad, tristeza y depresión.
Las crisis económicas son muestras de que nuestro sistema de organización está enfermo. Pero en vez de buscar la causa de una crisis económica, los gobiernos buscan remediarla basándose en los mismos criterios inseguros del poder económico que han causado la crisis. Los economistas han estudiado teorías basadas en la interpretación de datos estadísticos y pronósticos y emplean ingeniería financiera para manejar y manipular el flujo de dinero y determinar sus criterios de acción.
Al parecer, no se paran para examinar cuáles son las consecuencias de sus teorías y especulaciones para la economía real. En consecuencia, tanto los economistas como los gobiernos se encuentran sumergidos en una dinámica de acción-reacción determinada por el estado vital “¡ju, ju!” cuyas consecuencias sólo agravan las tendencias provocadas por su estrategia para superar la crisis.
Es cada vez más evidente que las medidas que tomaron para superar la crisis actual, han desmantelado tanto el tejido “pulmonar” como “hepático” por lo que hay cada vez más pobres mientras que los ricos son cada vez más ricos. Sabiendo cómo funciona la economía real en nuestro hogar, es difícil de entender cómo es posible que la humanidad se organice mediante un sistema incompetente y empedernido que nos está matando. Una y otra vez sacrificamos nuestro ser y nuestras vidas esforzándonos por adaptarnos a un sistema económico que devora literal, emocional y espiritualmente vidas humanas. Nos “venden” la dinámica despiadada de explotación y expoliación y practican el cultivo exhaustivo del planeta y de sus habitantes, como si esta dinámica fuera una ley de vida. Y mayoritariamente caemos en esta trampa.
¿Por qué caemos en la trampa del sistema capitalista?
En la vida privada experimentamos que nos desequilibramos emocionalmente cuando nos metemos en luchas de poder y cuando nos dirigimos por cálculos racionales y motivos de dinero para elegir nuestros “potenciales de acción” personales. Por eso, en la vida privada procuramos respetar las normas del “Hígado”, ya que por naturaleza buscamos “promover la cooperación de todo lo bello”. No obstante, la imposición de las normas del poder determina nuestra actitud en el trabajo. Para ganarnos la vida aceptamos que sean criterios arbitrarios del sector “Pulmón” los que mandan en nosotros. Tanto los mandatarios como nosotros mismos menospreciamos y desaprovechamos así el desarrollo de nuestras potencialidades.
De esta manera los criterios del poder invaden la vida privada por todos lados, cambiando nuestra visión de la vida hasta tal punto que mayoritariamente pensamos que los criterios del poder pueden mejorar el mundo. Hoy por hoy, el sistema democrático está basado en las luchas de poder entre determinados “potenciales de acción”, cuyos intereses económicos se trasladan a la política por lo que el poder político representa la defensa de los intereses de unos y otros, en vez de dedicarse al trabajo de los riñones cuya función es ordenar los electrolitos disponibles a fin de ajustar sus proporciones de manera que se salvaguarde el equilibrio fisiológico en el medio interno del organismo.
Debido a las luchas de poder, las personas y los gobiernos se corrompen perdiendo de vista las leyes universales de la vida. Piensan que pueden cambiar el mundo a la fuerza pero basándose en el poder, el mundo no cambiará. Para cambiar el mundo hace falta valorar y cuidar de lo propicio para la vida y deshacernos de lo nocivo. En este sentido el pueblo es mucho más sabio que cualquier gobierno ya que, generalmente, no pretendemos imponer a la fuerza criterios interesados.
La evolución de la humanidad pasa por la toma de conciencia de las leyes universales de la vida. En la medida en la que tomemos conciencia de estas leyes, seremos capaces de “llevar a cabo todos los actos” requeridos para el funcionamiento del mundo. En nuestro camino de capacitación, la vida nos obliga a aprender las lecciones de vida que toquen en cada momento. Por eso, la mayoría de la gente es consciente de que todos aprendemos de todos, pero eso es algo de lo que se privan los mandatarios que imponen su voluntad.
Hoy por hoy aceptamos que el orden del mundo está basado en el poder del más fuerte material (dinero) o físicamente (armas) y mayoritariamente pensamos que el mundo no puede funcionar de otra manera. Por eso nos adaptamos y luchamos por sobrevivir, en vez de reivindicar el arte de la vida promoviendo los valores humanos y respetando las normas del sentido de la justicia. Por la fuerza no se pueden cambiar las circunstancias, pero éstas cambian de modo natural siempre que seamos imparciales y justos buscando los criterios para una conducta “propicia a todos los seres”.
Según I Ching y la dinámica natural que se manifiesta en la fisiología, se revela que perdemos el camino siempre que no gestionamos debidamente los cambios determinados por el Elemento Metal. Este Elemento gestiona las circunstancias que permiten la supervivencia de la vida en el planeta Tierra. Es decir, cuando no reaccionamos adecuadamente ante los cambios de las circunstancias corremos el riesgo de descentrarnos por lo que entramos en la dinámica destructiva de los círculos viciosos.
Por alguna razón, nos invade la inseguridad cuando las circunstancias cambian, aunque es ley de vida que lo formado se transforma continuamente. Si no hubiera transformación, no habría vida ya que cualquier manifestación corporal se corrompería, se destruiría y se volvería inerte. La alternancia formación-transformación es el principio Yin-Yang que constituye el principio regenerador y vitalizador de cualquier persona, de cualquier organismo y de cualquier circunstancia.
Reconocer esta realidad no forma parte de nuestra educación y mucha gente tiene miedo a lo desconocido. Además, al basarse en los criterios arbitrarios del poder, el sistema capitalista fomenta la inseguridad y pretende superar los miedos atacando y luchando. Desde pequeños aprendemos a luchar para superar los problemas, a luchar y a controlar la vida en vez de vivirla. Hemos escuchado tantas veces las racionalizaciones y justificaciones del sistema de poder que incluso la desconfianza en nosotros mismos y el afán de control nos parecen razonables.
Para nuestra desgracia, muchos se creen hasta las racionalizaciones del poder que pretende justificar la vulneración de las normas del sentido de la justicia y la violación de los derechos humanos. ¿Cuántas veces hemos oído que respetar los valores humanos es una utopía y que no hay dinero para costear el estado de bienestar? Creyéndonos la validez de los criterios dirigidos a controlar la vida, generamos nuestra propia inseguridad. Dejándonos llevar por la inseguridad e intentando combatirla aplicando los criterios capitalistas, no sólo los ricos que se aprovechan de este sistema, sino todos nos enredamos en el desbarajuste de “electrolitos” perdiéndonos en luchas de poder, en vez de utilizar los potenciales de acción de modo justo, moral y eficiente.
Descuidamos lo controlable, intentando controlar lo incontrolable
Dejándonos llevar por la inseguridad y el miedo, descuidamos lo controlable mientras que reaccionamos ante cualquier problema intentando controlar lo incontrolable. Lo incontrolable son los cambios temporales a los que la vida está sujeta por naturaleza. Lo controlable son los criterios duraderos como el sentido de la justicia y el sentido común, y las directrices que recibimos conectándonos con lo Creativo en nuestro interior (Riñón).
Cuando el miedo a lo desconocido hace que luchemos por controlar y manipular los procesos naturales de formación y transformación, nos volvemos en contra de los procesos vitales que nos regeneran. Generamos así círculos viciosos de sentimientos y pensamientos negativos que nos hacen repetir la misma historia una y otra vez. Al bloquear las vías de paso del agua en nuestro interior, los sentimientos y pensamientos negativos obstruyen la Fuente Vital del Elemento Agua que nos comunica con las directrices e indicaciones de lo Creativo. Pueden llegar a bloquear esta Fuente de Vida hasta tal punto que olvidamos su existencia. Pero esa guía interior nunca deja de existir.
I Ching habla sobre las circunstancias que nos dan miedo, en el hexagrama dedicado a la fuerza natural del Trueno. Es el nº 51 y se llama Lo Suscitativo (La Conmoción, el Trueno). Como hemos visto, este hexagrama habla del susto y del rechazo al temblor (¡Ju, ju!) y sobre nuestra conmoción. Si en tales circunstancias mantenemos la calma, en nuestro interior percibiremos la fuerza de lo Creativo cuyas indicaciones traen el regocijo y la alegría (¡Ja, ja!). Dice así:
“Tan honda seriedad interior, que hace que todos los terrores externos reboten impotentes sobre ella, es la disposición espiritual que deben tener los conductores de los hombres y los gobernantes.”
Si queremos gobernar nuestra vida, debemos aprovechar las sacudidas del Trueno para aprender de las aportaciones de nuestra guía interior, ya que ésta se activa gracias a la conmoción que nos remueve interiormente. No podemos hacernos dueño de nuestra vida si nos invade el miedo cuando suena el Trueno o el mundo tiembla debajo de nuestros pies (¡Ju, ju!). Si entonces nos descentramos, en vez de tranquilizarnos para buscar ayuda en nuestro interior, reaccionamos movidos por el pánico y la desconfianza en actitud de lucha y ataque, queriendo hacer lo que sea para acabar con esa situación. “Lo que sea” implica olvidarnos de los criterios de justicia y humanidad, ya que “en la guerra todo está permitido”. Lo mismo hace el sistema capitalista, luchando en vano intentando controlar lo incontrolable.
Pero en realidad, el susto producido por el Trueno es una oportunidad. La oportunidad de enriquecer el “Qi de Pulmón” con criterios de justicia y procurar que el Riñón, obedeciendo las indicaciones de lo Creativo, ordene el desbarajuste de potenciales de acción de acuerdo con las normas del “equilibrio fisiológico”.
Basándose en criterios perdurables, se pueden controlar las condiciones vitales en el medio interno de cualquier unidad de convivencia y se generan así unas condiciones que son propicias a todos los seres. Estas condiciones harán (hexagrama 42: El Aumento)
“que surja en la sociedad una disposición de ánimo caracterizada por la alegría y la gratitud, sumamente valiosa para el florecimiento del bien público.”
Como dice I Ching en el hexagrama dedicado al Trueno, la conmoción que remueve el interior, es para el noble una oportunidad que le hace
“poner orden en su vida y escrutar su corazón indagando si acaso hay algo en él que esté en contradicción con la voluntad de Dios”.
Es decir, escuchándonos con sinceridad interior, siendo imparcial y respetando los criterios morales de justicia y humanidad, se revela lo que haga falta para actuar en determinada situación de acuerdo con los criterios duraderos y constantes que mantienen el orden de la vida.
Los criterios duraderos constituyen lo único seguro en las circunstancias cambiantes de la vida. Por eso, “cuidar de lo controlable” se refiere a cuidar del propio desarrollo moral, tomando conciencia de los criterios fiables que surgen de los valores elementales, esenciales y morales que refuerzan nuestra capacidad de ser leal a nuestro verdadero ser y superar las dificultades, aprendiendo las lecciones de vida que nos regeneran y vitalizan.